El Chelsea se da un gustazo
Se frotaba Brasil las manos con unas posibles semifinales entre Fluminense y Palmeiras. Pero el Chelsea mantuvo el orgullo europeo e inglés en pie con una pizca de fortuna. Un centro-chut de Malo Gusto en la recta final del encuentro lo desviaba Giay y, tras tocar en Weverton, acababa en la red. De esta manera se decidía un partido que apuntaba a la prórroga en un choque de dos partes.
El fútbol brasileño se ha convertido en el gran animador del Mundial de Clubes. En la grada, con miles de aficionados cantando sin parar a sus respectivos equipos, y en el campo. Llegaban cuatro equipos del Brasileirao, más que ningún otro país, gracias a los cuatro campeones seguidos de la Libertadores. Pero ya sólo le queda el orgullo de Fluminense. Se fueron Flamengo, que dio una buena imagen, y Botafogo, cuyo duelo con Palmeiras obligaba a dejar a uno fuera. Ahora, el equipo de Ferreira, que miró a la cara al Chelsea, se va a casa.
Palmer abrió la lata pasado el primer cuarto de hora con una gran maniobra en la frontal del área. El inglés se giró rápido tras recibir el pase para ir abriéndose ante Micael y poner su tiro blando, pero ajustado, lejos de la estirada de Weverton.
Los de Maresca fueron, poco a poco, empujando atrás al Palmeiras, cuyo único recurso eran las arrancadas hacia la nada de sus atacantes. Poco más allá de un remate picado de Vanderlan antes del descanso.
El interés estuvo más en el duelo entre Estevao, que se medía a su próximo club y Cucurella, el cual llegó incluso a mandarle miraditas cada vez que le ganaba un duelo. El español estaba frenando al brasileño en cada acción. Pero bastó que la perla de Palmeiras encontrara una jugada en la que Cucurella estaba lejos de él para inventarse un golazo , ya en la segunda mitad.
Los de Ferreira crecieron tras el empate y eso llevó a Maresca a mover el banquillo, lo que supuso el debut deJoao Pedro, quien apenas dos días antes había firmado con los 'Blues'. El encuentro se niveló y ambos tuvieron ocasiones.
Tanta igualdad apuntaba a prórroga. Hasta que llegó la jugada definitiva. Un rebote de mal gusto.