Así es el nuevo Ferrari SF70-H
Unos pontones, aplastados en forma de herradura en la boca y completamente hueco por debajo, y un gran ala de tiburón, con un T-wing como el que ayer mostró Mercedes, caracterizan el nuevo monoplaza de Ferrari, con el que aspiran a recuperar la corona 10 años después.
Por debajo de esos pontones achatados se ha creado un nuevo canal aerodinámico flanqueado por un gran deflector vertical, que intenta dirigir el aire por encima del suelo del coche. Engarza directamente con el 'bargeboard' sobredimensionado (pieza que marca el reglamento 2017 y que tienen todos los coches), entre el eje delantero y las entradas de aire de los pontones.
Es muy innovadora la forma en la que están construidos esos pontones. Se ha invertido la entrada de aire y los laterales ejercen como direccionadores de aire secundarios. Es la zona más trabajada del nuevo monoplaza.
En el morro no se aprecian grandes cambios respecto a 2016. El pulgar asoma casi idéntico al de su antecesor. Es más ancho, con más distancia entre los pilares del morro y quizá más aplastado. Encima se aprecia la salida del conducto S.
La parte trasera es la que presenta más novedades, con ese ala de tiburón coronada por un T-wing, que parece será el elemento estrella de 2017.
La zaga no es excesivamente recogida y se ha optado, más por carenar el inicio de las suspensiones traseras con fines aerodinámicos, que de minimizar la parte de atrás, como sí ha hecho Mercedes.
También destaca por estar muy elevado de la zona trasera, al estilo Red Bull, con un apreciado 'rake', como se denomina en inglés. Mercedes, sin embargo, es casi plano de delante a atrás, en cuanto a la distancia de ambos ejes al suelo.
El nombre elegido es SF70-H, en honor al 70 aniversario de la 'Scuderia'. El rendimiento es una incógnita, pero estéticamente, no es uno de los monoplazas más afortunados de su historia.