Así fue como L.A. firmó y perdió a Clemente

Imaginen a Willie Mays y al puertorriqueño Roberto Clemente defendiendo los mismos jardines de los Gigantes.

Ahora piensen que son los Dodgers de 1954, viendo a Willie Mays y a Roberto Clemente en las mismas praderas de tus rivales.

La rivalidad entre los Dodgers y Gigantes es bien conocida en el béisbol, pero uno de los capítulos menos recordados incluyen las historias curiosas de “¿qué hubiese pasado si…?”.

Clemente es uno de los mejores jardineros derechos de la historia. Un miembro del Salón de la Fama, que conectó exactamente 3,000 imparables y ganó 12 Guantes de Oro, antes de fallecer trágicamente en un accidente aéreo el 31 de diciembre de 1972. Sus logros en las Mayores fueron con el uniforme de los Piratas, pero no fue esa la organización en donde comenzó su camino en el béisbol profesional.

A comienzos de 1954, luego de ver a Clemente jugar en Puerto Rico, varios equipos de las Mayores estaban mostrando interés en el oriundo de Carolina, incluyendo a los Bravos, Medias Rojas, Cardenales y Gigantes.

Con los rivales Gigantes claramente interesados, los Dodgers se las ingeniaron para ganar la puja, gracias a una oferta de US$10,000 en bono por firmar y un salario de US$5,000 para su primer año. Se dice que los Bravos ofrecieron mucho más, pero Clemente quería jugar en Nueva York debido a que tenía amigos y familiares allí. Así que llegó a un acuerdo con Brooklyn el 19 de febrero de 1954.

Los Dodgers – el equipo de Jackie Robinson, Duke Snider, Roy Campanella, Gil Hodges, Pee-Wee Reese y Don Newcombe, que ganó la Serie Mundial al año siguiente – contaba con Roberto Clemente.

Para entonces, había una regla que indicaba que si un equipo otorgaba un bono de US$6,000 o más (cerca de US$63,000 actuales) a un jugador, éste debía mantenerse al menos dos años calendario en el roster de Grandes Ligas desde el día de la firma, de lo contrario, sería elegible al Draft de Regla 5.

Clemente no estaba protegido de cara al Draft de Regla 5, porque fue asignado inmediatamente a Triple-A Montreal. El boricua de 19 años sólo había disputado 87 juegos con los Reales en la Liga Internacional en 1954, en donde bateó .257/286/.372 con dos jonrones en 115 veces al bate.

Según un artículo de The Sporting News en 1962, Clemente sintió que estaba siendo “escondido” del mundo del béisbol, evitando que, si jugaba bien, fuera tomado por otro equipo en el Draft de Regla 5.

“Clemente, por su parte, sintió que los Reales lo mantuvieron apartado de la alineación para que los equipos de las Mayores pensaran que era un prospecto débil y lo ignoraran en el draft de postemporada, en el que estaría disponible como jugador bono, si no era elevado al roster de Brooklyn”, escribió el autor del artículo, Howard Cohn.

El gerente general de los Dodgers, Buzzie Bavasi, dijo que inicialmente firmar a Clemente fue para mantenerlo alejado de los Gigantes, aunque se dice que luego, durante años, dio múltiples razones del porqué lo envió a Triple-A.

El hombre que estaba en el puesto de GG de los Piratas al momento del Draft de Regla 5 de 1954 (Pittsburgh tenía la primera selección, luego de haber terminado con el peor récord de MLB el año previo; 53-101) no era otro sino Branch Rickey.

Rickey había ocupado ese mismo puesto con los Dodgers entre 1942-1950, siendo recordado por haber firmado a Jackie Robinson en 1945, quien rompió la barrera racial dos años más tarde. Rickey y el dueño de los Dodgers, Walter O’Malley, tuvieron diferencias, lo que produjo la salida del gerente de Brooklyn. Ahora, a pesar de que Rickey no estaba tan impresionado con Clemente, se lo arrebató a su antiguo equipo.

En su reporte de scouting de 1955, Rickey escribió que, aunque se le había informado que Clemente tenía una gran velocidad, su “forma de correr es mala, definitivamente mala, y con base en lo visto esta noche, tiene apenas una velocidad por encima del promedio de Grandes Ligas”.

De igual manera, el boricua contaba con varias herramientas en su juego que Rickey apreció.

“Tiene un hermoso brazo de lanzar”, escribió Rickey. “Lanza la bola y llega a todos lados… su forma en el plato es perfecta. Sin embargo, no lo calificaría como un bateador de jonrones”.

En general, la evaluación de Rickey sobre Clemente indicaba que, aunque eventualmente se convertiría en un productivo jugador de Grandes Ligas, tomaría varios años.

“No creo que esté en un club de las Mayores en 1955”, escribió Rickey en el informe. “Así que estamos atascados con él – atascados de verdad, hasta que pueda llegar a un equipo de Grandes Ligas”.

Entre todo lo que vio Rickey sobre las habilidades de Clemente, hay algo que le dijo al Pittsburgh Press dos semanas después de seleccionarlo que resultó ser cierto.

“Puede que estemos subestimando a Roberto Clemente, a quien hemos seleccionado desde Montreal”.

Clemente no despegó sino hasta 1960, cuando recibió la primera de las 12 convocatorias que tuvo al Juego de Estrellas en sus últimos 13 años de carrera. Ganó 12 Guantes de Oro seguidos entre 1961-1972 y bateó .317/.359/.475 con 240 jonrones en un período de 18 años con Pittsburgh. Ayudó a los Piratas a ganar las Series Mundiales de 1960 y 1971, siendo reconocido como el Jugador Más Valioso del Clásico de Otoño, en el que los Piratas vencieron a los Orioles en 1971.

Todo eso comenzó el 22 de noviembre de 1954, cuando Rickey y los Piratas le arrebataron a Clemente a los Dodgers por US$4,000 (el monto requerido a ser pagado al equipo de donde salía el jugador “bono”).

Tal vez la historia hubiese sido diferente si los Dodgers hubiesen incluido a Clemente en su roster de Grandes Ligas en 1954. Quizás hubiese sido diferente si Brooklyn no le permite a Clemente jugar en Puerto Rico en ese receso de temporada, en donde brilló tras decepcionar en Montreal.

De cualquier manera, la dimensión de lo que pudo haber sucedido recae sobre los Gigantes – si hubiesen aumentado su oferta, el nombre de Clemente hubiese estado al lado del de Mays, en el roster del equipo.

Mays y Clemente en unos mismos jardines es algo increíble de imaginar. Sin embargo, sí sucedió, pero no con los Gigantes. Cuando Rickey estaba llenando su reporte de scouting, Clemente estaba defendiendo la pradera izquierda de los Cangrejeros de Santurce, en donde también estaba Mays.

Juntos, se combinaron para siete hits, incluyendo un par de triples para Clemente, en la victoria 11-3 sobre Panamá, para llevarse la Serie del Caribe el 14 de febrero de 1955.

Clemente hizo su debut en Grandes Ligas dos meses después ante el equipo que lo perdió el año anterior. Su primer hit fue un imparable dentro del cuadro, en su primera vez al bate ante los Dodgers en el Forbes Field, el 17 de abril de 1955. Fue el primero de los 395 inatrapables que daría Clemente en su carrera frente a los Dodgers. Su promedio de .345 ante ellos es el más alto que tuvo ante cualquier club.

Tal vez este ejecutivo de béisbol, que vio a los Dodgers perder a Clemente en el Draft de Regla 5 de 1954, fue quien mejor describió lo sucedido.

“Creo que Brooklyn fue superado mentalmente por el chico”, dijo el GG de los Medias Blancas, Frank Lane a The Associated Press. “Nunca lo debieron haber dejado jugar en el invierno. Ahí fue en donde atrajo toda la atención”.

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