Bajo la sombra de la MSN: más de 500 millones en busca de un nuevo tridente

El Barcelona vuelve a tener un tridente. El clásico 1-4-3-3 por el que apuesta el Barça en la época moderna y que le ha llevado a firmar los mejores años de su historia vuelve a tener sentido esta temporada. Ante el Espanyol, en el derbi catalán, Xavi podría formar por primera vez de inicio con el tridente que ilusiona, a día de hoy al barcelonismo: Adama, Ferran y Aubameyang.

Desde que Neymar se fuese en el verano de 2017, el Barça no ha vuelto a encontrar una comunión similar entre sus tres hombres de ataque. Y no será porque no lo ha intentado. En total, cuatro temporadas y 552 millones de euros invertidos en la búsqueda de una fórmula que, a la vista está, el Barça no ha conseguido encontrar.

El intento más atrevido y la inversión más fuerte llegó en el mismo momento que Neymar hizo las maltes rumbo a París. Tocaba dar un golpe de efecto y el Barça fichó a Ousmane Dembélé y a Philippe Coutinho. En total, 275 millones y dos apuestas claras de futuro, pero también de presente. Esa misma temporada, además, regresó Gerard Deulofeu.

En ese curso, el 17-18, con Ernesto Valverde al frente, el Barça acabaría jugando los grandes partidos de la temporada con un 1-4-4-2 con Paulinho como llegador para acompañar en el remate a Messi y Luis Suárez. Entre los dos grandes fichajes de esa temporada, Coutinho y Dembélé, apenas marcaron once dianas.

Para la siguiente campaña se siguió confiando en ese doble fichaje y se reforzó ese ataque con la llegada de Malcom por 41 millones. Como ocurriera la anterior temporada, el mejor tercer elemento para acompañar a Messi y Suárez fue un centrocampista: Arturo Vidal. El chileno se convirtió en el Paulinho de ese año para Ernesto Valverde. Dembélé acaba con 14 goles esa temporada y Coutinho con 11 dianas.

Griezmann, la apuesta frustrada

En la 19-20 el Barça parece, por fin, fichar a una estrella de máximo nivel para tapar el hueco que dejó Neymar y que nadie había podido cerrar: Antoine Griezmann. El Barça desembolsa 120 kilos por un futbolista contrastado que, a priori, parece encajar a la perfección en la sociedad con Messi y Suárez. Sin embargo, sus inicios no son fáciles y aunque sus números no son malos, el juego del francés no termina de convencer. El francés acaba con 15 goles en 48 partidos. Irrumpe este año Ansu Fati, que desata la euforia en el barcelonismo. Su presencia, eso sí, es la de un joven canterano que entra de manera progresiva en el equipo. Todavía no puede asumir ese rol de estrella.

Luis Suárez, el siguiente en salir

Un año más tarde, todo parece listo para formar un tridente de garantías. Sale Luis Suárez de la ecuación, descarte de Koeman y que pone rumbo a Madrid, pero la sensación es que Griezmann, pasado el primer año de adaptación, subirá el nivel y Ansu Fati estará listo para ser la nueva estrella del Barça. Además, el Barça se gasta 31 millones en traer al portugués Trincao. El primero sigue arrastrando dudas partido tras partido, el segundo sufre una grave lesión y el tercero nunca se convierte en una alternativa real para ocupar una banda en el Camp Nou. El resultado es un Koeman sobreviviendo con las apariciones, a cuentagotas, de Coutinho y Dembélé.

Por el camino probaron otro puñado de buenos jugadores como André Gomes, Denis Suárez, Rafinha, Kevin Prince Boateng, Braithwaite... y ninguno terminó por asentarse para formar un tridente de garantías. Ahora, con el debut estelar de Adama, el olfato goleador de Ferran y la trayectoria de Aubameyang, el barcelonismo vuelve a a soñar con un tridente que domine en España, y quien sabe si en Europa. La sombra de la MSN es más alargada que nunca

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