Barreda: "No renuncio a correr, pero no puedo fallar"

oan Barreda afronta su séptimo Dakar con la obligación autoimpuesta de alcanzar por fin la victoria. Honda se ha reagrupado en torno al de AMV y ha renovado su estructura con el único objetivo de desbancar a KTM.

¿Será el Dakar más difícil de Sudamérica?
Eso se comenta. Por la información que tenemos, se prevé que sean etapas más largas, con más navegación y en zonas más complicadas, con más dunas, más arena y más vegetación.
¿Le beneficia que haya más navegación?
Desde hace unos años me siento más cómodo en esas etapas donde se complica todo y puedes aprovechar las diferencias. Tendrá otra vez más importancia la estrategia y habrá que volver a entrar en el juego ese de ceder un día y asimilar que vas a perder tiempo para intentar recuperarlo después. No como hasta ahora, que la estrategia era apretar todos los días y estar siempre arriba. Va a ser difícil mantener un ritmo tan alto. Sobre todo porque estaremos más horas encima de la moto, lo que supone más desgaste y más navegación.
Entonces, ¿va a cambiar su forma de correr?
Está claro que hay que correr mucho porque el Dakar está cambiando y cada vez hay más pilotos con un nivel altísimo. Hay que estar ahí desde los primeros días y no perder tiempo, pero al final el Dakar se gana en un día o dos que son los que marcan la diferencia. No puedo renunciar a mi forma de pilotar, pero debo ser inteligente y estar concentrado en no fallar.
¿Echaba de menos ese espíritu de aventura?
Sí, sobre todo yo. Igual otros pilotos no tanto, porque vienen del rally-cross y de las Bajas y son rápidos. Pero yo he vivido esa época de rallies en Egipto y Túnez con Marc Coma y Cyril Despres donde había más estrategia y más navegación. Ahora hay más etapas de pistas y el nivel de navegación de los pilotos es mucho más profesional, tienen más medios y los errores son mínimos. El Dakar se había convertido en atacar desde el kilómetro uno.
¿Cuál cree que será la zona más complicada?
Parece que en Bolivia habrá varias etapas con navegación complicada, zonas de fuera de pista, vegetación y ríos. La última parte en Argentina también es difícil por los valles que hay que atravesar.
¿Teme más a las temperaturas o la altitud?
Las dos cosas son muy extremas. La temperatura siempre es complicada porque te lleva al límite, pero quizás este año la altitud será más determinante. Aunque ya hayamos corrido varios años en Bolivia, el tener que hacer etapas a una altura media de 4.000 metros durante seis días, y hacerlo en zonas de dunas en lugar de caminos, donde tus pulsaciones medias pasan de 130 a 170, conlleva mayor desgaste. Tienes que hidratarte más porque orinas mucho más y te deshidratas.
¿Esto se puede entrenar?
Sí, en Andorra. Mi casa está a 2.000 metros, que es una buena base, y a partir de ahí intento pasar el máximo tiempo posible andando por los picos, a 2.800, que ya es una altura considerable. Algunos días también entrenamos en cámaras de hipoxia para simular el estrés de pulsaciones altas con poco oxígeno.
Usted ha hablado de la escuela de Despres y Coma. Ellos conjugaban la velocidad con saber guardar la ropa. ¿Son un ejemplo para usted?
Sí, claro. Se aprende muchísimo. Incluso de Cyril, que jugaba muy bien sus cartas. Pero el Dakar de ahora es diferente. Han cambiado los pilotos, las marcas, los sistemas de navegación... Me gustaría que hubiera ese punto del que hablamos, no estar tan concentrado en no fallar y premiar las estrategias.
¿Lo que le ha faltado estos años a Honda es la fiabilidad?
Después del último Dakar me senté a hablar con el equipo. El año pasado teníamos mucha esperanza, pero se repitió la historia y pedí explicaciones. La respuesta fue que yo le exigía más a la moto que los probadores que habían desarrollado la moto. La solución era sacrificar el campeonato del mundo y centrarse en hacer una moto segura. Y eso es lo que hemos hecho. He hecho todo el programa de kilómetros de esta moto, tanto en Estados Unidos como en Europa y África. Ése ha sido el principal objetivo. A partir del verano me han dejado elegir algunas carreras por las que tenía simpatía y las hemos utilizado como parte del programa de durabilidad con la misma moto. El resultado es muy bueno. Hay mucha más confianza que antes, pero hay que cruzar los dedos porque el Dakar es muy largo y puede pasar cualquier cosa.
¿Cómo han mejorado la fiabilidad?
Para los japoneses es muy importante la información, ver cómo reacciona la moto cuando yo voy encima, ese 10% o 15% de más que yo le exijo y el estrés al que someto las piezas. Comparan la cantidad de horas con el desgaste que tiene todo y sacan los cálculos exactos. Hemos hecho muchos simulacros del Dakar con buenos resultados. Debemos confiar en nuestro trabajo.
¿Le molesta que todos los focos apunten a usted?
Quieras o no, es la realidad. Hay un equipo con muchísima inversión, mucha gente detrás y han puesto su esperanza en mí. Con los problemas mecánicos que hemos tenido estos dos últimos años, el peso va aumentando y la mochila que vas cargando está ahí. Pero tenemos claro que para hacer una carrera perfecta no deben preocuparnos esas cosas. Ya llevo unos años con esa posición en el equipo, estoy acostumbrado. No tengo presión. Honda confía en mí y en mi trabajo. Estoy aquí porque yo lo elijo y me siento respaldado.
Por todos los cambios internos en el equipo, ¿cree que es el año con más condiciones para ganar?
Llevamos ya unos años trabajando muy bien y hemos demostrado que tenemos el nivel para ganar. Hemos estado liderando la carrera y al final han fallado pequeños detalles. Pero este año, además de haber entrenado y haberlo hecho todo lo mejor posible, hemos hecho cambios importantes que tienen que verse en el Dakar. Como introducir a gente con experiencia que nos aporte visión de equipo, la estrategia de carrera, las asistencias, el programa de durabilidad para que la moto no falle... Hasta traer el equipo a Barcelona para que funcione todo perfecto. Son pequeños detalles que no te hacen ganar, pero sí ayudan. Todo lo que planteamos a principio de temporada lo hemos hecho y tenemos la sensación de que está todo en su sitio para intentar hacer un rally sin cometer errores.
¿El único objetivo es ganar?
Sí, el objetivo es ganar desde hace unos años. No será fácil, porque el nivel está subiendo continuamente con pilotos nuevos. Pero es lo que tenemos en la cabeza. Yo me voy a entrenar cada día con la bici o la moto pensando en eso. No voy a obsesionarme con lo que pueda hacer el otro. Sé que si doy lo mejor de mí sin cometer errores voy a estar luchando por la carrera. Si es suficiente, bien. Si no, seré el primero en aceptar que no tengo la velocidad y la navegación para ganar. Pero no es el caso hasta ahora.
¿Habrá muchos pilotos luchando por la victoria?
Habrá que ver. En KTM hay cuatro pilotos y todos son buenísimos. Toby Price estará ahí, pero cualquiera de los otros también puede colocarse delante de repente. Hay un grupo de seis o siete pilotos que van a estar muy fuertes. No lo tendremos fácil como otros años, pero tenemos muchas ganas y mucha ilusión.

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