Dallas Mavericks, inflexible frente al esfuerzo titánico de LaMelo

Los Hornets también lo intentaron y tampoco pudieron. La visita a la casa de los Mavs les salió rana después de haber cuajado una buena primera mitad y al diluirse en la segunda. Porque este conjunto de Jason Kidd se está empezando a mostrar como una guardia pretoriana que se mantiene prieta, aguerrida, inflexible, ante las dificultades que se le presentan en el camino. Que luego pueden venir las bajas y las caídas, es un equipo que no cuenta de momento entre los favoritos a ganar el título, pero el inicio es reseñable gracias a que la labor de equipo está funcionando. Unas cosas no quitan las otras.

En Dallas se vivió una remontada que agitó los corazones de los aficionados mavs. No tanto por los números del marcador (terminado en 124-118), ya que al descanso la pérdida era de 12 puntos, sino por la cantidad de emociones que se dieron al revertirla. Por el buen papel por dentro de Grant Williams (18) y el novato Dereck Lively (15), además de un inmaculado Dwight Powell -tres tiros sin fallo- dando el relevo en la rotación, y la aportación no tan esperada de Hardy, autor de 14 puntos. Si el fondo de armario funciona en un día que se complica, ¿qué más se puede pedir? Los desfibriladores también actuaron en el final del encuentro, ya que los locales habían sobrepasado a su rival en el marcador y un par de errores clamorosos en el último minuto -uno en cada bando- removieron todo músculo de los espectadores del encuentro. Porque Kidd decía al final que “si tienes al ‘77′ y al ‘11′ esto es una cosa fácil”, difícil de rebatir, pero ni Irving ni Doncic llegaron al 50% en tiros (y en el caso de Luka no anotó en el primer cuarto y cerró en triples con un mal 1/9) y por eso necesitaron más ayuda.

Los Mavericks están encontrando un punto en el que se sienten a gusto pese a los malos augurios. Todavía no han pasado ni dos semanas desde la apertura de la temporada, pero están en un buen camino. Saber sostener a los Hornets que se presentaron este domingo en su hogar, no porque sea un equipo especialmente peligroso en términos aspiracionales sino por el final de encuentro que se marcó LaMelo Ball para buscar el triunfo, es otra de las pruebas pasadas. Con ello mantienen a cero el casillero de derrotas como locales y suben a cinco en el total de victorias. Empiezan a andar por buena senda.

Si bien los números de los interiores son positivos, en defensa les costó más contener a los Hornets. Ahí vino uno de los problemas de los Mavs en esta jornada dominical. Los puntos llegaban fácil cerca del aro. Parecía que los de Clifford tenían que hacer menos para anotar que su rival. Ahí comenzó también el espectáculo de LaMelo Ball porque no se estaba centrando en anotar sino en asistir, 11 de sus 13 asistencias fueron en la primera parte, y el plan estaba saliendo bien. Hasta los quince arriba se fueron los visitantes cuando Hayward (20) cogió la batuta durante el segundo cuarto al ver que Dallas iba mejorando poco a poco.

En la pintura de los Mavs hay un contrapunto interesante, el de Lively con Williams, que está funcionando bien. Por dentro se aprovecharon de ello para empezar a remontar gracias a la inestimable ayuda en la dirección de Kyrie Irving. Junto a ello, un par de triples de Hardaway y el primero y único de Doncic (23) en esta noche se habían acercado mucho al final del tercer periodo. El recorte había sido de los que te ponen el partido en bandeja: 11 puntos cuando 12 era la distancia al descanso. Todo se estaba haciendo mejor en el lado local, encontrando las opciones fáciles por dentro y acertando más desde fuera, pero había tela que cortar.

LaMelo Ball se propuso ser el héroe. Casi lo consigue. No es sólo el triple-doble (30 puntos, 10 rebotes y 13 asistencias), a eso ya nos tiene acostumbrados, fue la forma de llegar a él. 23 de esos 30 puntos fueron en un bárbaro último cuarto. Cuando vio que el partido se les iba, irrumpió en la habitación con su anotación y cerca estuvo de que valiera la pena. El base continúa progresando en la NBA; sin irnos más lejos, la noche anterior había cerrado el grifo a Tyrese Haliburton en la jugada decisiva con una acción defensiva cuando éste llevaba 43 puntos. Todas las áreas se trabajan.

Los locales habían empatado el partido con un poderoso 2+1 de Hardy haciendo un matazo al correr por la línea de fondo. El muro tardó en caer tres minutos más por culpa de los esfuerzos de LaMelo, fue con un triple de Hardaway (16) que ponía a los suyos en ventaja. Entró en juego ese desdoblamiento de los jugadores interiores de los Mavs: Williams anotó un triple para frenar otro impulso de Ball y metió después otros dos que pusieron algo de distancia; Lively, bien en el rol de finalizador bajo aro, fue clave en los tres últimos minutos como poste. Con siete arriba en el marcador los Mavs dejaron penetrar a un LaMelo a puro fuego y no supieron cazar una contra de Hayward que venía de un rebote largo que debieron capturar. Y llegó el gran error: se comieron la posesión y dejaron 8,1 segundos a los Hornets para forzar la prórroga. Con una jugada de pizarra preparada por Steve Clifford llegó el otro error de bulto de la noche: Charlotte no llegó a sacar, cometió una infracción de cinco segundos. Una falta de Ball antes de tiempo y los tiros libres de Irving y Hardaway sentenciaron.

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