Real Madrid: Despegue fallido del megaproyecto
Despegue fallido del que posiblemente sea el proyecto más lujoso del Real Madrid en la última década. La llegada de Kylian Mbappé es la guinda de un equipo que, además, ofreció buenas sensaciones en su primer partido oficial del curso, la Supercopa de Europa conquistada el pasado miércoles en Varsovia.
La delantera del Madrid impresionó ante la Atalanta, pero defraudó ante el Mallorca. Más que por la calidad de su juego, por un enfoque del partido que posiblemente llevó a la estrellas blancas a ver el partido ganado demasiado pronto. El gol de Rodrygo antes de cumplirse el cuarto de hora dibujaba un panorama halagüeño para los blancos, que tuvieron ocasiones para incrementar la ventaja en las que seguramente se buscó más el adorno que la efectividad.
"En la segunda parte nos ha faltado equilibrio. Es un partido que hemos podido perder por no tener equilibrio. No ha sido un buen partido. Somos un equipo muy ofensivo y el equilibrio defensivo es una parte fundamental", dijo en rueda de prensa un Ancelotti que no ocultó su enfado.
El Mallorca volvió a ser un hueso para el Madrid en Son Moix, un estadio en el que el Madrid rara vez se siente cómodo. Tampoco ocurrió ayer pese a que los blancos se adelantaron muy pronto y durante varios tramos del primer tiempo se mostraron muy superiores a su rival. Pero los locales reaccionaron al filo del descanso y llegaron vivos, como pedía Jagoba Arrasate en la pausa de hidratación, a la segunda mitad. Tras la reanudación, los bermellones aprovecharon la falta de tensión de los visitantes para, empujados por la grada, dejarse ver con asiduidad por las inmediaciones del área de Courtois. En uno de los varios córners forzados por los locales, Muriqi acertó a batir al belga tras un cabezazo imparable y puso al Madrid en una situación aún más incómoda.
Ancelotti insistió mucho en rueda de prensa en los problemas detectados. "No estamos contentos. Se podía hacer mucho mejor. No quiero poner excusas. De este partido se puede aprender mucho porque ha sido muy claro dónde podemos tener problemas", aseguró. Y si hubo una palabra que repitió fue "equilibrio". "El equilibrio se encuentra con jugadores que piensan lo mismo cuando hay que recuperar el balón. Tenemos que ir todos juntos. Todo el mundo puede pensar que es un problema de los delanteros, pero también puede ser de los defensas o de los centrocampistas. No han entendido que esto era un aspecto muy importante", analizó el técnico italiano.
El Mallorca se echó atrás y al Madrid le faltaron recursos para derribar el muro local. El que más cerca estuvo fue Mbappé, pero Greif le negó el gol en un par de ocasiones. No hubo mucho más por parte del Madrid, que tampoco encontró las vías para su habitual y letal arreón final.