El mejor Aldama le estropea otra noche a Wembanyama

En San Antonio, la inyección de adrenalina que supuso la llegada de Victor Wembanyama duró poco. Obviamente, siguen teniendo una pieza fundacional, un jugador generacional con el que soñar tan a lo grande como quieran. Pero eso será el futuro. El presente… es un espanto. Incluso con Wemby en números muy serios (19 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias… y 8 tapones), con relámpagos de su incontrolable potencial, los Spurs son un desastre. Contra los Grizzlies (108-120) se dejaron una ventaja de 19 puntos, apilaron su octava derrota seguida y quedan con un terrible 3-10, ahora el peor balance del Oeste. Hace un año, cuando se disponían a perder mucho para seguir el rastro de Wembanyama, llevaban el doble de victorias a estas alturas (6-7) que ahora, con el francés imposible a bordo.

Falta el lesionado Devin Vassell, cuyo valor en el ataque del equipo es irremplazable. Sirva como ejemplo el último cuarto (14-33) de un colapso extraordinario que deja a los texanos con un 1-6 en partidos en los que han tenido al menos diez puntos de ventaja, 1-4 si se sube el listón al +15. Esta vez llegaron a un 63-44 antes del descanso y todavía ganaban 83-67 en el ecuador del tercer parcial. Y eso contra unos Grizzlies en depresión (3-9 ahora) y metidos en una de esas temporadas de infierno que sacuden de cuando en cuando a las franquicias. Además de la baja de Ja Morant por sanción, están lesionados Adams, Clarke, Smart, Tillman Sr., Kennard, Jackson, LaRavia… Con lo justo para formar un roster con el que salir a las pistas, los Grizzlies dieron un golpe de orgullo y, sobre todo, pusieron en evidencia a unos Spurs sin costuras, lejos de cualquier idea razonablemente competitiva.

Esto es un proceso, claro. Se trata de maximizar a Wembanyama y Gregg Popovich (ahora mismo también una sombra de sí mismo) ha insistido en mirar con el objetivo largo. En que en algún momento se verá que está sirviendo para algo la falta de entrenamiento y dirección que parece traspirar ahora un equipo que es un puro dejar hacer y a ver qué pasa. En el primer tiempo, todo fue cuesta abajo: acumulación de faltas de Jaren Jackson Jr y Biyombo y muchos tiros libres (19/23) para construir una ventaja que debería haber sido decisiva, desde luego suficiente, contra un rival en una situación tan precaria. Pero no. Otra vez, hizo aguas la dirección, con ese experimento todavía extravagante de tener a Jeremy Sochan como base y la alternativa más profesional que brillante que supone Tre Jones.

La cuarta victoria de los Spurs se esfumó con un parcial de 0-18 en más de cinco minutos del último cuarto (de 99-93 a 99-111). Jackson Jr (27 puntos y 5 rebotes) tuvo un papel crucial, Desmond Bane acabó con 26 puntos (no puede hacer más en este inicio de curso) y aparecieron desde el banquillo Ziaire Williams (17 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias) y un brillante Santi Aldama (17+10+3). El ala-pívot canario flotó por el ataque con ese talento sencillo que le caracteriza y dejó un goteo de puntos cerrado con la canasta en fade away que selló un triunfo que había parecido imposible unos minutos antes. Pero contra los Spurs todo puede pasar, hasta que se lleven una alegría estos Grizzlies devastados por las ausencias.

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