El Mundial 2030 ha llegado al límite de lo tolerable. MARCA está en condiciones de asegurar de que el asunto ha traspasado traspasado la línea roja de la paciencia de muchos dirigentes del mundo del fútbol. De marzo del pasado año hasta hoy, son ya innumerables situaciones en las que el fútbol español ha vivido en el alambre, pero la poca claridad y los movimientos aparecidos alrededor de la designación de las sedes, ha encendido las alarmas.
En estos momentos las ciudades que aparecen en el proyecto, no se pueden considerar sedes definitivas y eso es obra y gracia de la confusión creada alrededor de lo sucedido con San Sebastián y Vigo y que todavía no se ha aclarado.
La FIFA y su derecho a cambiar las decisiones
La FIFA siempre se reserva, desde que es plena organizadora de la Copa del Mundo desde la cita de Qatar, que una vez aprobado el proyecto pueda intervenir y cambiar las decisiones del comité organizador. Una circunstancia que examinará en las próximas semanas, analizando todo lo sucedido alrededor de la designación de las sedes, pero, sobre todo, examinando las condiciones de cada estadio y cada ciudad con criterios objetivos, algo que lo sucedido en la última semana tras la exclusiva de El Mundo, se pone en duda.
La FIFA siempre hace ese examen mucho más cerca de la fecha de la celebración. La final del Mundial 2026 la designó hace algo menos de un año, pero todo lo que está pasando va a llevar a una intervención más diligente y rápida. La confianza ya no es la misma y más después de ver la filtración de papeles y de comprobar que se graban las reuniones de trabajo. La confianza, en duda.
Un año de acontecimientos en contra del fútbol español
Lo peor de todo, es que no es lo único que ha dejado tocado al Mundial. Todo arrancó un año atrás, desde la famosa intervención de la Guardia Civil en pleno entrenamiento de la selección, preparando el amistoso ante Colombia que se iba a jugar en Londres, los acontecimientos se han sucedido y muchos de ellos poniendo en duda lo hecho desde la Ciudad del Fútbol. Aquel día se buscaban papeles y pruebas de corrupción en el denominado 'caso Brody', con Luis Rubiales en República Dominicana y regresando a España sin pisar la terminal de Barajas por tener que ir a declarar. El caso sigue abierto.
Posteriormente, la disputa entre el Consejo Superior de Deportes y Pedro Rocha para que abandonara la presidencia provisional primero de la Federación y para que después no se presentara a las elecciones al estar investigado en el mismo caso, por su puesto de responsable económico de la Federación. En el tiempo que se investiga el citado caso, Rocha fue inhabilitado nada más acabar la Eurocopa y pese a intentarlo de todas maneras posibles, no pudo presentarse a las elecciones, abriendo la puerta a Rafael Louzán, legitimado al ciento por ciento tras el triunfo electoral.
Entre tanto, un par de visitas de dirigentes de UEFA y FIFA para recordar al gobierno que el mundo del fútbol no admite intromisión política en la gestión de las federaciones. La creación de la comisión de control del fútbol español por parte del CSD no gustó lo más mínimo. De hecho, la UEFA no la reconoció durante la Eurocopa.
La citada comisión también estaba presente en algunas reuniones de control del Mundial 2030, pero sin poder de decisión y mucho menos de evaluar a las sedes, algo que correspondió al Comité Mundial 2030. El CSD pidió que fueran trece las sedes, incluyendo a Vigo y Valencia.
En las dos últimas semanas, se han producido dos helechos que ha llamado poderosamente la atención en la FIFA. El primero, la filtración de la posible ‘renuncia’ del Atlético y, por consiguiente, el Metropolitano al Mundial 2030. El rojiblanco era uno de los estadios símbolo de la candidatura y no se explica que de repente se caiga del cartel, tal y como se ha dicho. Asunto menor si lo comparamos con la falta de criterio a la hora de valorar a los que aspiraban a ser sedes.
No es que se vaya a repetir el proceso, pero sí que está puesto en duda. No se habla de corrupción, pero si de mal uso de la designación, algo que exige un repaso de todo lo sucedido y una explicación de las condiciones de evaluación aplicadas.
A partir de ese examen, se tomarán medidas, algo que corresponde exclusivamente a la FIFA y si es preciso, se cambiarán sedes y se dará entrada a otras. La duda sobrevuela el Mundial 2030.