El otro cambio de Ronaldo
Cristiano Ronaldo vio puerta ante el Borussia Dortmund y mostró otra imagen sobre el césped. Aunque parezca mentira, el delantero blanco necesitaba marcar. Lo lleva en la sangre. No lleva bien cuando está en el punto de mira y el cambio en el estadio de Gran Canaria le llevó a estar en medio de una polémica que no es de su agrado. No le gusta cuando se habla mal de su persona o de su juego. Adiós a la polémica y los motivos.
Ronaldo continúa de pretemporada, pero su insaciable espíritu le impide bajar los brazos. Se marca retos, logros y en ocasiones esa autoexigencia le lleva a precipitarse, a buscar el segundo antes que el primer gol, cuando es algo que no necesita. Su próximo objetivo son los 100 goles en Champions. Los quería ayer. Tiene prisa y sabía que con el gol anulado poco antes del descanso era el 99 de la lista, de ahí que fuera a un cámara a pie de campo para que le mostrara la repetición de la jugada. Y es que el portugués quiso adelantarse en el tiempo e instaurar el video replay que funciona en otros deportes.
Tras marcar buscó a sus amigos. CR7 batió al portero del Borussia Dortmund y se acordó de sus compañeros, de su refugio en el vestuario blanco. Corrió a abarazar a Coentrao y Pepe, sus fieles en cualquier circunstancia y momento. Los quiere a su lado y ayer estaban los tres juntos de nuevo en un partido oficial del Real Madrid muchos meses después. Los últimos días no fueron sencillos para el delantero y los suyos estuvieron a su lado. El pasado domingo el vestuario le pidió calma y él la encuentra al lado de Peoe y Coentrao.
El saludo con Zidane forma parte de su intento de volver a la normalidad. No le gustó el cambio del sábado, pero ni está ni quiere tener guerra alguna con el técnico blanco. En el fondo reconoce que el francés puede tener razón, pero no duden de que si hay un nuevo cambio, se volverá a enfadar y a mostrarlo públicamente. No le gusta ver su número en la tablilla cuando su equipo no tiene cerrado el partido o quizás nunca. Eso sí, la relación con Zizou nunca será como la que tuvo con Ancelotti.
El gol, ese que en ocasiones se convierte en su enemigo, es su gran aliado en estos momentos. Eso si, quiere seguir marcando desde la banda izquierda. No le termina de gustar eso de hacer de nueve, tal y como hizo en muchos momentos de la pasada Eurocopa. Ante el Borussia Dortmund, derrochó trabajo en esa implicación defensiva que ha pedido Zidane a todos sus jugadores. El portugués brilla en ataque cuando su contacto con el balón es directo, bien por pase de primeras o tirando a puerta. Menos conducción.
El contrato nuevo que está a punto de firmar le ha quitado tensión. Necesitaba un gesto del club y ya lo tiene. Buscaba un cariño que nunca le ha faltado y ya lo tiene en forma de un acuerdo que le demuestra que en la zona noble del Bernabéu cuentan con él. Otra cosa es lo que suceda en un futuro, pero el respaldo lo tiene.