Francia resiste al huracán Kane

El camino a la semifinal salió del Eurotúnel por el lado francés. La selección de Mbappé, Griezmann y compañía buscará ante Marruecos su segunda final de Mundial consecutiva después de ganar a una Inglaterra que mereció, al menos, llevar el partido a la prórroga. Esta vez, Mbappé no fue la gran figura de un partido que pasará a la historia por un error de Kane, que falló un penalti en los minutos finales, pero que mereció salir por la puerta grande del estadio Al Bayt tras su exhibición futbolística.

La carrera de Southgate no se caracteriza precisamente por su osadía. Inglaterra llegó lejos en Rusia 2018 y la EURO 2020 con un sistema de tres centrales, su preferido, pero no pudo mirar hacia otro lado cuando cayó en sus manos la mayor generación de talento ofensivo inglés en décadas. A regañadientes, Southgate se vio ante el espejo disfrazado de Groucho Marx, con bigote, gafas y puro, recitando aquello de “estos son mis principios, pero también tengo estos otros” y empezó el Mundial con una acumulación de medias puntas por detrás de Kane que no le terminó de convencer. Entre un estilo y otro encontró ante Senegal una decisión salomónica cambiando una sola pieza: Henderson por Mount. El centrocampista del Liverpool le dio músculo y equilibrio al centro del campo sin quitarle al equipo poderío arriba gracias a un Bellingham más liberado. Ante una Francia que solo juega con dos en el medio, más un Griezmann que es un verso libre, repetir el once de octavos parecía la mejor opción.

El plan, diseñado para que Mbappé tuviera pocos espacios para correr, se vino abajo enseguida. Tanta preocupación por impedir las galopadas del delantero francés propició que los ingleses se olvidaran de Kane, el hombre que da luz al ataque británico. Y sin faro por el que guiarse, Francia fue poco a poco comiéndole terreno a Inglaterra hasta que Tchouameni abrió la lata al cuarto de hora. El centrocampista del Real Madrid sorprendió a Pickford con un disparo cruzado desde fuera del área, en un ejemplo más del afán que tiene por parecerse a Casemiro, especialista en robos y misiles.

Recibido el primer mazazo, Inglaterra entendió que la reacción pasaba por subirse a los lomos de Kane, que mostró el camino a seguir. En los siguientes diez minutos, el capitán de los three lions tuvo dos ocasiones claras de gol, que se fabricó solo y repelió un inspirado Lloris, y fue objeto de un posible penalti que el VAR chequeó pero no concedió. Se movió por todo el frente de ataque y nadie sabía como pararle. Que un jugador de su talla nunca haya ganado ningún título debería serle recompensado de alguna manera. El recién nombrado Carlos III debería hacer algo al respecto. Nombrarlo Sir, al menos. Mientras Kane se exhibía, Francia se dedicó a mirar el cronómetro hasta el descanso.

Asedio tras el descanso

Inglaterra salió en tromba en la segunda parte. Lloris evitó que Bellingham primero y Maguire después empataran el encuentro al minuto de reanudarse el partido. Lo que no pudo detener fue el penalti que lanzó a la escuadra Kane, quién si no, unos minutos después. Tchouameni, desbordado por el asedio inglés, había derribado a Saka en el área sin posibilidad de apelar la entrada ante ningún tribunal.

El partido se volvió un poco loco tras el empate y las ocasiones empezaron a llegar a un lado y a otro. El combate a golpes pudo caer para cualquier lado. Rabiot, Dembélé, Kane y Maguire, que cabeceó al poste, empezaron a coleccionar oportunidades, pero a pesar de las idas y venidas de ambos equipos, quedaba la sensación de que Inglaterra estaba más cerca del gol. Una sensación ficticia cuando enfrente juegan Mbappé, Griezmann y Giroud. Un centro desde la izquierda del atacante del Atlético Madrid encontró en el área la cabeza de Giroud, que ha destapado en Qatar el tarro de los goles que se le resistió hace cuatro años en Rusia, y volvió adelantar a Francia.

Apenas le había dado tiempo a Francia para celebrar el gol cuando Theo Hernández, sin mucho sentido, arrolló a Mount en el área. Un penalti claro que el brasileño Wilton Sampaio decidió obviar inexplicablemente. Gracias al VAR, la pena máxima se terminó señalando, pero esta vez Kane lo mandó a las nubes. Quedaba poco tiempo para reaccionar y el fallo de su gran estrella dejó a Inglaterra tocada igual que un ejército cuando ve caído a su general en batalla. En el último minuto, una falta en la frontal del área daba una última carta a Inglaterra para llevar el partido a la prórroga, pero el disparo de Rashford lamió el larguero. El fútbol es así, no siempre gana el mejor.

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