Francisco Rodríguez aprendió de los mejores; ahora es uno de ellos
César Sequera Ramos || @CSequera11
A cualquier aspirante a cerrador le gustaría escuchar un consejo de Francisco Rodríguez. Después de todo, acaba de igualar el cuarto puesto de todos los tiempos con 424 salvamentos y se ha consolidado como uno de los mejores taponeros de la era moderna.
Yo no juego por récords, números o nada de eso. Lo hago porque amo el béisbol"
Pero en un momento, esas lecciones también le llegaron al venezolano. Afortunadamente para él, siempre estuvo alrededor de leyendas del montículo, que le permitieron acumular conocimientos que lo tienen en este momento en la élite de las Grandes Ligas.
En declaraciones al Detroit Free Press, Francisco Rodríguez habló de la importancia que fue compartir con grandes cerradores, mismos que ha superado en los últimos años. Billy Wagner y John Franco, sus últimas víctimas en el departamento de salvados, los conoció en su época con los Mets.
“Mi primer año en Nueva York, él venía de una Tommy John”, explicó el criollo sobre Wagner que cayó al sexto puesto de todos los tiempos en rescates. “Un gran sujeto y un gran competidor.
Y a Johnny, lo conocí porque siempre estaba en el club house”, manifestó Rodríguez sobre Franco que, debido a que jugó con los Mets por 14 años, siempre se mantiene en contacto con los taponeros del equipo.
Pero cuando Francisco Rodríguez estaba en la “Gran Manzana”, ya era un lanzador curtido. Por eso, el diestro señala a Ugueth Urbina y a Troy Percival, como sus principales mentores en el arte de salvar juegos.
“Aprendí como ser agresivo en el montículo”, explica el venezolano que vio en Urbina el modelo perfecto para formar su personalidad como lanzador. “No tener miedo a desafiar a los bateadores. Lanzar todos los días”.
Mientras que Troy Percival se encargó del resto. Cuando Francisco Rodríguez irrumpió en las Grandes Ligas con los Angelinos, el ex taponero lo acogió como estudiante y le enseñó el camino para tener éxito en el máximo nivel.
Es tanto lo que aprendió, que el venezolano no puede enumerarlos y simplemente se basa en asegurar que “es el sujeto que me enseñó prácticamente todo lo que sé”. Y vaya que esos conocimientos lo ayudaron. En quince temporadas, tiene la marca de salvados en una temporada (62), una excelente efectividad de 2.69 vitalicia y más de 1.000 ponches (1.111) a pesar de ser relevista.
“Yo no juego por récords, números o nada de eso”, asevera Francisco Rodríguez. “Es especial (Superar a otras leyendas). Pero yo juego béisbol porque lo amo. Es lo único que sé hacer”.
Ahora la historia empieza a cambiar. El Kid es el veterano exitoso y le ha llegado el momento para que asuma el rol de profesor con la enorme cantidad de lanzadores jóvenes que tienen los Tigres de Detroit.
“Quiero transmitir los conocimientos a los jóvenes”, explicó el lanzador que no siente ninguna incomodidad de ayudar a la siguiente generación tal cual lo hizo Percival con él. “Algunos se ponen celosos y dicen: ´No voy a enseñar a este chico porque él tomará mi trabajo´. Soy fiel creyente que la única persona que te puede quitar el trabajo eres tú mismo. Si no puedes hacerlo, traerán a alguien para que lo haga”.
Pero tampoco es que su carrera está en el ocaso. Francisco Rodríguez va encaminado a conseguir su sexta temporada con más de 40 rescates y dando alegrías a sus aficionados.