Se hizo el silencio en Spa tras un escalofriante accidente en Eau Rouge durante la carrera de Fórmula 2. Juan Manuel Correa impactó de lleno con el monoplaza de Anthoine Hubert, que perdió el control en la vértice de dicha curva, convirtiéndose en el peor parado de un choque que al francés, de 22 años y original de Lyon, le ha costado la vida.

Hubert se estrenó en los monoplazas en 2013 como campeón de la Fórmula 4 francesa después de siete temporadas compitiendo en karting, donde debutó en 2006 con 12 años, y actualmente era uno de los 'rookies de la categoría'. El galo pasó a formar parte de la clase de plata del 'Gran Circo' como último campeón de la GP3 junto a la estructura ART Grand Prix, con quien logró dos victorias, en un curso donde además se convirtió en piloto afiliado a Renault.

Por aquel entonces todavía no era parte de la Academia de Pilotos pero tras su actuación, la estructura del rombo le incluyó como inscrito a tiempo completo al programa. Su objetivo final era llegar a la Fórmula 1 y situado en la octava posición del Mundial, actualmente quería volver a repetir la imagen que dejó en 2018 como campeón... esta vez de la Fórmula 2. Había negociado con MP Motorsport para lograrlo, sin embargo, su idea cambió cuando HWA, equipo del DTM, Fórmula E y F3 se asoció con Arden, su actual estructura.

Conscientes de sus ambiciones de nuevo ART, escudería que lidera junto a Nyck de Vries el campeonato, quería recuperar al francés en sus filas como apuesta con la que volver a tocar el cielo en 2019. Además, vista su proyección, también llamó la atención de otros equipos como DAMS, la primera estructura en el Mundial de escuderías. Sin embargo los planes de Hubert, un piloto que también deslumbró en 2014 y 2015 en la Fórmula Renault y en 2016 dentro de la Fórmula 3 europea, se han visto frustrados antes de tiempo por una fatalidad que vuelve a vestir de luto al mundo del motor. Descanse en paz.