Ibaka, Kawhi y su reencuentro perfecto en Los Ángeles

Serge Ibaka abandonó Toronto a regañadientes. "Los tres últimos años y medio han sido fantásticos. Me sentí muy querido allí. Soy una persona a la que le cuesta moverse cuando se siente bien en un sitio", confesó en su primera comparecencia como jugador de los Clippers. Dejaba atrás la gloria, el histórico anillo de 2019 y los mejores números de su carrera (15,4 puntos por partido y 8,2 rebotes), para embarcarse en el siempre peligroso viaje de la agencia libre. Incluso para él, que partía como uno de los jugadores más cotizados del mercado. Al final, 19 millones de euros le llevaron a deshacer las maletas en Los Ángeles, como mínimo, durante la presente campaña. Para la próxima, dispondrá de una player option que le llevaría a alcanzar dicha cifra. Muchos se aventuraron y, nada más confirmarse el movimiento, lo calificaron de robo: un contrato por debajo de las prestaciones que podía llegar a ofrecer el jugador. Poco a poco, el tiempo les está dando la razón.

Los Clippers son terceros en el Oeste, con un 70,8 % de victorias, tras caer antes unos Celtics de enfermería llena, peor con su principal líder desatado: Jayson Tatum, después de una inactividad de cinco partidos, lleva otros cinco promediando 26,6 puntos, 7,6 rebotes, 4,6 asistencias y un notable nueve en el más menos. Superestrella, en todas sus acepciones. Un borrón que se suma al de Brooklyn (120-24), pero que no debe confundir: la franquicia angelina ha firmado un enero para enmarcar, en el que solamente cosecharon cuarto derrotas y doce victorias, con una racha de siete partidos sin doblar la rodilla. Mejoría y gran contraste con el inicio de la temporada, donde concentraron, en los seis primeros partidos, el 57% de sus derrotas totales.

Serge Ibaka personifica la evolución. En sus dos primeros partidos con la nueva camiseta, sólo fue capaz de sumar 14 puntos y 7 rebotes; ahora, promedia 12,1 y 6,7, respectivamente. Además, con un más menos más - perdonen el embrollo - que positivo (6,6) y con once operaciones de dobles dígitos en el resultado (entre ellas, un +24, un +20 o dos +18). Llegaba a Los Ángeles con la difícil tarea de apartar a Ivan Zubac de la titularidad: el pívot croata sólo había empezado tres partidos como suplente en las dos últimas temporadas, ahora ya son 26. Ibaka ha sido titular en los 23 partidos que ha disputado, acumulando una media de 24,7 minutos. De ellos se ha beneficiado, especialmente, un Kawhi Leonard que está registrando su tercera mejor marca anotadora (26,3) y la primera en cuanto a asistencias (5,3). El jugador franquicia, que parece haber arrinconado en el trastero todos los rumores sobre sus privilegios y hostilidades, es más líder que la temporada pasada: con Tyronn Lue no hay load management y, sin un director de juego contrastado, él asume parte de esa responsabilidad.

Una poderosa amistad

Apenado como llegaba a Los Ángeles, nada podía ser más útil para Ibaka que algún lazo con su pasado más reciente. "Tener a Kawhi aquí ha influido, somos buenos amigos", confesó nada más aterrizar. "Hermano, ¿vas a venir o no?", le había escrito Leonard un par de días antes. En Toronto tejieron una fuerte vinculación fuera de la pista... pero también dentro; ahora, los Clippers se benefician de ella.

Sin Ibaka en pista, el porcentaje de acierto en tiros de campo de Kawhi desciende un 10%. Serge se ha convertido en la asociación más fiable del jugador franquicia; al menos, en jugadas específicas, como el pick and roll. Montrezl Harrell, más que avalado por su Mejor Sexto Hombre de la pasada campaña, es un complemento de muchos quilates, pero menos maleable en este tipo de contextos. Según datos ofrecidos por el periodista Michael Pina, de Sports Illustrated, la temporada pasada, Kawhi Leonard generó 0,97 puntos por posesión y terminó un 32,8% de sus jugadas, el más alto de su carrera, a través de balones en pick and roll; este curso, la frecuencia de sus jugadas que terminan a través del mencionado mecanismo se reducen un 22,7%, pero su producción aumenta en unos considerables 1,27 puntos por posesión. Más eficiencia. En eso se traduce la presencia de Serge junto a Leonard.

En el pick and pop, más de lo mismo. Si Kawhi decide optar por dicha alternativa, se encuentra con un Ibaka que está en su mejor porcentaje desde la larga distancia: un aterrador (para los rivales) 40%. Más alternativas, en eso se traduce también. Cambios hacia marcadores más lentos o apertura hacia tiradores abiertos después del roll. Infinitas posibilidades.

En el apartado más individual, Ibaka lidera al equipo en rebotes (6,7) y tapones (1,3), y es el tercer jugador con más responsabilidad defensiva en las victorias (con 0,7 defensive win shares, solamente por detrás del propio Kawhi y Paul George). A ello, se van sumando récords históricos: frente a Cleveland, se convirtió en uno de los 20 jugadores en la historia de la NBA con al menos 1.700 tiros bloqueados y 10.000 puntos y, frente a Golden State Warriors, se sumó a Dwight Howard como los únicos dos jugadores activos de la NBA con al menos 6.000 rebotes y 1.500 tapones. Un año más, marcando diferencias en un aspirante al anillo. Un año más, trabajando en la sombra. Ahora, en la de unos Clippers que, siendo casi tan favoritos como el año pasado, hacen mucho menos ruido. Silenciosamente perfecto.

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