El fabricante austriaco KTM se declara en quiebra
KTM atraviesa por uno de sus momentos más complicados a nivel interno. El fabricante austriaco ha reconocido que están pasando por una importante crisis a nivel financiero que ha obligado al grupo Pierer Industrie AG a iniciar un procedimiento europeo de reestructuración de conformidad con el Reglamento de Reestructuración (RoE). Después de haber llevado a cabo el despido de cientos de empleados y una previsión desoladora para el inicio de 2025, donde planean dejar aparcada la fabricación de motos de calle en los dos primeros meses del año, los de Mattighofen se enfrentan a un concurso de acreedores con autoadministración para “reembolsar íntegramente una financiación de 250 millones de euros”, como informa en el comunicado, con el fin de evitar la quiebra.
Sin embargo, poco han tardado en llegar peores noticias. Este pasado viernes, 29 de noviembre, KTM AG, el mayor fabricante europeo de motocicletas, se declaraba insolvente. Es decir, en quiebra. La marca austriaca, junto a dos filiales del grupo (KTM Components GmbH y KTM Forschungs und Entwicklungs GmbH), tienen deudas que ascienden hasta casi los tres millones de euros, por ello, se ha pedido este procedimiento judicial de reestructuración. Lo cual, pone en riesgo unos 3.600 puestos de trabajo de las tres empresas. De hecho, a corto plazo, se prevé eliminar por lo menos unos 500 puestos de trabajo. Una situación provocada por la caída de la demanda que, además del aumento de los costes de producción, ha llevado a un excedente de 130.000 unidades en el inventario de motocicletas.
Pero lo más gordo de esta crisis recae en la matriz. KTM AG, que pertenece a Pierer Mobility AG, no ha podido reunir los fondos necesarios para saldar sus deudas, que ascienden hasta los 1.800 millones de euros, junto con unos 2.500 acreedores. KTM AG debe la mayor parte de su deuda a bancos, tanto austríacos como internacionales, entre ellos Bank of China, Hewlett Packard Bank International, ICBC, Denizbank, BKS-Bank y First Commercial Bank.
MotoGP no se toca
El objetivo de KTM es alcanzar un acuerdo sobre el plan de reorganización con los acreedores en un plazo máximo de 90 días. Y hasta alcanzar un acuerdo, la dirección actual de KTM mantendrá el control de la empresa durante el proceso, trabajando bajo supervisión judicial para aplicar un plan de reorganización. ¿Qué significa eso? Que la reestructuración no afectará al programa de MotoGP, ya que además, desde Mattighofen han demostrado en reiteradas ocasiones su compromiso con el Mundial. Por lo que Pedro Acosta, Brad Binder, Maverick Viñales y Enea Bastianini (los dos últimos nuevas incorporaciones a la marca en el programa del Tech 3), tienen confirmada su continuidad en la categoría reina a pesar de todo; igual que ocurre con la representación dakariana.
El inicio de la crisis de KTM comenzó a reflejarse en las decisiones del fabricante austriaco en el Mundial de Rally Raids. Por primera vez, los de Mattighofen se ausentaban en la realización del calendario mundialista al completo y tras la edición 2024 del Dakar, su siguiente puesta en escena dentro de esta disciplina tuvo lugar en el Rally de Marruecos (una prueba casi vital de cara a la preparación del mítico raid). Pero antes llegaron otras consecuencias. Los austriacos, más allá de su matriz, competían con otras dos marcas del grupo, GasGas y Husqvarna, que también desaparecían de escena cuando presentaron el proyecto de 2025 y por lo tanto, dejaban a las motos del equipo oficial compitiendo en solitario de cara a la próxima visita al desierto, con Kevin y Luciano Benavides junto a Daniel Sanders.
Dentro de los programas de competición que presenta el fabricante austriaco, el del Dakar ha sido el más afectado de todos. KTM se queda con tan solo tres monturas (la mitad con respecto a las que participaron en la edición anterior) y tras anunciar todos los procesos a los que se enfrenta ahora el grupo, Stefan Pierer, CEO de los de Mattighofen, puso en relieve la situación económica actual: “En las últimas tres décadas, hemos crecido hasta convertirnos en el mayor fabricante de motocicletas de Europa. Hemos inspirado a millones de motociclistas de todo el mundo con nuestros productos. Ahora estamos haciendo una parada para el futuro. La marca KTM es el trabajo de mi vida, y lucharé por ella”.