La Classicissima se presenta como un "Sagan contra todos"
“Peter Sagan es el nuevo Eddy Merckx. Ahora mismo está un paso por delante del resto”. No lo dice un cualquiera, sino Greg van Avermaet, belga admirador del Caníbal, campeón olímpico y quizá el principal rival del vigente campeón mundial y de Europa. La Milán-San Remo, el primer monumento, se presenta como un “Sagan contra todos”. Tom Boonen, veterano curtido en mil campañas de clásicas, ofrece la clave: “No hay duda, considero a Peter el mejor. Pero en el Quick Step disponemos de una bala de plenas garantías: Gaviria. Si no le aislamos antes, aguardaremos hasta el final para rematarle”.
En su última San Remo, Boonen ejercerá de capitán de ruta para Fernando Gaviria, un velocista completísimo en un gran momento de forma. Llega de superar al eslovaco en un sprint puro en la Tirreno, aunque lesionado en la muñeca derecha por una caída en un entrenamiento: “Ojalá rinda al 100%. Aprendí de la caída de 2016”. Aquel incidente (hizo el afilador cuando quedaban 400 metros) le dejó KO... y privó a Sagan de sus opciones. Si el colombiano se encuentra bien, a Sagan y a Van Avermaet no les conviene una resolución en volata, sino inventar. Matthews, Degenkolb, Kristoff, Bouhanni, Swift o Demare, defensor del título, deberán permanecer muy atentos a sus movimientos.
Como siempre, la manera en que se afronten La Cipressa (5,6 kilómetros al 4,1%, a 21,5 km de la meta) y el mítico Poggio (3,7 km al 4%, a 5,4 km) definirá quiénes disputarán la victoria tras los 291 km que unen el Castillo Sforzesco de Milán con la Vía Roma de San Remo. Una prueba de fondo, esencia del ciclismo. Por eso se trata de La Classicissima, clásica entre las clásicas. A excepción de Miguel Poblet (vencedor en 1957 y 1959, segundo en 1958) y Óscar Freire (ganó en 2004, 2007 y 2010, fue tercero en 2000), ningún español ha subido al cajón. No parece que Lobato o Barbero vayan a romper esa mala racha.