La realidad de McLaren
McLaren pasó uno de los fines de semana más tristes y decepcionantes de los últimos tiempos en Suzuka. Jugaban en casa, como se encargaron de decir en los días previos a la carrera, es el circuito de Honda, y los japoneses habían dejado el motor estrenado en Malasia para esta carrera con la secreta intención de compensar las carencias ya sabidas en materia aerodinámica.
Sin embargo, rozar el ridículo era algo que no entraba en los planes. Sabían que era la pista en la que se reunían todos los factores, muchas curvas enlazadas en el sector uno, cuesta arriba, y ya sólo ahí cedían un segundo a los Mercedes o Red Bull.
Para colmo ni hubo salida milagro de Alonso y Button, que cerraba la parrilla, tampoco pudo hacer nada. McLaren sabía también que se enfrentaba al peor circuito y tampoco les sirvió de nada, ya que el chasis tiene unas limitaciones tan grandes que le hacen inservible de cara al año que viene, ni como muestra.
La dirección elegida en la aerodinámica del coche es completamente errónea y lo peor es que no hay solución, sino ir adaptando lo que hay al circuito en el que se está. En Malasia el asfalto liso ayudó mucho y creó una especie de espejismo del que salieron en Suzuka, con su asfalto más ondulado y antiguo. La parte inferior del coche, fondo plano y difusor, parece que son los causantes del desastre, pero lo grave es que no están identificados los problemas, por lo que las soluciones son palos de ciego que se van dando.
Un chasis a la altura en 2017
Fernando aporta con sus sensaciones información más válida que los cientos de sensores del coche, de ahí que los jefes hayan comenzado a convencer a Alonso de que no puede dejar el proyecto a medias, que siga hasta 2020. Capito se reunió con los ingenieros en la puerta del garaje mientras en el podio Mercedes celebraba su título. Una reunión a tres, uno de ellos Andrea Stella donde Boullier no compareció.
El hecho de no identificar claramente los problemas del coche hace que las soluciones no puedan llegar a las áreas necesarias, y en consecuencia se da un paso adelante y dos atrás, lo cual no augura nada bueno.
Lo de Suzuka, tras el espejismo de Malasia, es un toque de atención para lo que espera. En Austin algo mejorarán por las características de la pista, pero para estar en un término medio entre Malasia y Japón. México e Interlagos no van arreglar nada y toca sufrir hasta Abu Dhabi, donde tampoco se despejará la incógnita. Parece que lo mejor de McLaren este año ya lo hemos visto.
Para el año que viene Honda espera dar un importante paso adelante, pero ha de ir acompañado de un chasis eficaz en todos los circuitos, algo que de momento no parece que vayan a tener. El objetivo será poder luchar con los Williams y Force India y ser la cuarta fuerza de la parrilla. Estar en los puntos con regularidad y si la situación es favorable confiar en Alonso y su buen hacer en carrera para volver al podio en alguna, ayudados por las circunstancias favorables más que por méritos propios.
Pensando en el año que viene se trabaja en la fábrica cambiando conceptos obligatoriamente para adaptarse al nuevo reglamento y sobre todo a los nuevos neumáticos. El gran miedo es no fallar en el chasis. No pueden equivocarse en el nuevo proyecto que ya debe estar definido en un 90%. Deben hacer un coche y un proyecto que tenga un horizonte claro de opciones al título y a ganar carreras en 2018 para mantener a Fernando ilusionado para no apearse del carro al cumplir su contrato.