La Uefa y el acceso a las finales nuevamente en la mira
Jürgen Klopp no pudo resistirse al lanzarle un dardo a la Uefa por el costo y el método de repartición de entradas, algo que por enésima vez genera conflictos en la antesala de las tres finales europeas.
Las decisiones de la Uefa generan millones de dólares en ingresos que benefician directamente a los clubes. Sin embargo, raras veces dejan contentos a los aficionados que anhelaban acudir a los partidos.
El pasado miércoles, una pequeña proporción de hinchas del Eintracht Frankfurt y Rangers de Glasgow ingresarán al estadio en Sevilla para la final de la Europa League. Apenas la mitad de los 40.000 boletos fueron asignados para las fervientes barras de ambos clubes.
Los hinchas de Liverpool quedaron mejor para la final de la Liga de Campeones ante el Real Madrid en el Stade de France el 28 de mayo. La Uefa repartió 20.000 entradas de las 75.000 disponibles para cada equipo.
Además de subvenciones que dejaría el boleto más económico en 60 euros (63 dólares). Pero ello no fue suficiente, según un representante de las barras de Liverpool.
“Ellos (la Uefa) no son los santos del fútbol, nunca lo han sido”, dijo Klopp, subrayando que comprendía en un “100,000%” el sentir de los aficionados.
No quedó claro si las barras y Klopp, entienden con exactitud a dónde se destina el dinero recabado en concepto de hospitalidad corporativa en las finales europeas. Además quiénes reciben la mayor tajada.
Ese dinero acaba en las arcas de los clubes en toda Europa, beneficiados por los premios. Además con pagos de solidaridad que salen del fondo de 3.500 millones de euros (3.700 millones de dólares) alimentado por los ingresos comerciales de las competiciones de hombres.