Laporta - Koeman: un pulso histórico en el Barça
La lectura del comunicado de Ronald Koeman no deja lugar a dudas. Pese a la corrección y diplomacia mostrada en el escrito y pese a las siempre buenas formas del preparador neerlandés, sus palabras son claras: está harto de la situación, marcada por una exigencia que considera desmedida, rumores, filtraciones y ultimátums, a la que lleva días sometido. La relación entre Laporta y el exjugador nunca ha sido especialmente afectuosa, pero desde el día 1 hasta hoy no ha hecho más que empeorar. Viven un pulso histórico en el Camp Nou.
Desde que el 1 de septiembre el presidente desvelara a los medios de comunicación la propuesta de renovación, el cruce de declaraciones entre ambos ha sido prácticamente constante. Han sido delicados y comedidos en las formas y en el fondo, pero la distancia entre ambos ha sido más que evidente, y la tensión se ha elevado notablemente en los últimos días, tras la derrota contra el Bayern y el empate contra el Granada. Las filtraciones sobre los ultimátums, se juega el cargo en Cádiz mañana, y sobre los nombres de posibles sucesores han sido las gotas que han llevado al límite su paciencia.
Koeman, un técnico con gran personalidad y prestigio, ha querido, con el comunicado, dejar claro que acepta el reto de reconstruir un Barça pese a las penurias económicas, pero también ha evidenciado que esperaba más de Laporta y de su Junta: ansía apoyo y comprensión, y no mensajes a través de los medios. "En la Champions League no se pueden esperar milagros. La derrota contra el Bayern de Múnich, la semana pasada, tiene que ser enfocada desde esa perspectiva. El proceso en que nos encontramos la plantilla con nuestro equipo se merece ser incondicionalmente respaldado, con palabras y hechos, apoyar la política técnica y el proceso que estamos realizando", ha comentado.
Laporta y Koeman no se verán las caras hoy, lo harán mañana en Cádiz, desde donde regresarán juntos el viernes por la mañana. De momento, el club no tiene pensado hacer ningún comunicado. Apuestan por poner paz y frenar una situación de tensión que hacía muchos años que no se vivía en el Camp Nou.
La guerra más sonada y evidente en la historia reciente del Barcelona es la que protagonizaron Johan Cruyff y José Luis Núñéz en los años 90. Lo que había sido una relación idílica se convirtió en insoportable, con cruce de declaraciones subidos de tono, reproches y acusaciones en los medios y un buen número de desplantes. Las frases de "con 2.000 millones ficha hasta mi portera" a la que le siguió la respuesta "mi portera no es presidente de un club" son sólo un ejemplo de los dardos que se dedicaban. El bajón del rendimiento deportivo, la desconfianza mutua, las fuertes discrepancias en varios fichajes, el choque de caracteres.. provocaron unas tormentas que a día de hoy siguen siendo legendarias en el Barça.
Recientemente, Guardiola y Rosell y Valverde y Bartomeu también tuvieron desavenencias, pero fueron más subterráneas y no tan publicitadas ni graves.