Los 10 cambios más extraños en MLB

Una versión de esta historia fue publicada en el 2020.

A lo largo de la historia del béisbol hemos visto todo tipo de cambios raros.

Hemos visto a dos equipos (Tigres e Indios) cambiar a sus managers (Joe Gordon y Jimmy Dykes). A un narrador (Ernie Harwell) cambiado por un pelotero (Cliff Dapper). A dos tipos (Max Flack y Cliff Heathcote) que fueron movidos uno por otro entre los juegos de una doble-tanda. Y a jugadores como John McDonald, Dickie Noles y Harry Chiti que fueron cambiados por…. ellos mismos (terminaron siendo el “jugador a ser nombrado” en movimientos que los llevaron por poco tiempo a otros equipos).

Pero los cambios más extraños de todos son aquellos en los que jugadores son movidos a otros equipos por animales, comida u objetos inanimados. ¿No nos creen? Aquí van los 10 cambios más raros en la historia del béisbol.

1. Lefty Grove por una cerca

Grove lanzó seis juegos para los Martinsburg Mountaineers de la Blue Ridge League en 1920. Fue vendido a los Orioles de Baltimore de la Liga Internacional en junio de aquella temporada por US$3,500, que era lo que costaba arreglar la cerca del outfield del estadio de Martinsburg, que había sido destruida por una tormenta.

Los Orioles tuvieron a Grove en sus finales hasta que lo vendieron a los Atléticos de Filadelfia en 1925 por $100,600 (o US$600 más de lo que los Yankees pagaron por Babe Ruth). Grove terminaría ganando 300 juegos y nueve títulos de efectividad. No se sabe qué tan buena quedó aquella cerca.

2. Dave Winfield por una cena

La huelga de 1994 nos dejó sin el final de aquella temporada, incluyendo la Serie Mundial, por también nos trajo una de las transacciones más particulares en la historia de la Gran Carpa.

La huelga comenzó a mediados de agosto, pero la temporada no fue cancelada sino hasta mediados de septiembre. Hasta que pasó aquello, los equipos podían seguir operando como si hubiese juegos, y los Indios – que todavía tenían esperanzas de meterse en la postemporada – hicieron un cambio por Winfield justo antes del límite del 31 de agosto. Se suponía que Cleveland iba a darle un jugador a ser nombrado luego a Minnesota, pero debido a la huelga, eso nunca ocurrió. Para solucionar el asunto, los directivos de los Indios llevaron a cenar a los directivos de los Mellizos. Si la que se comieron fue tan bueno como Winfield, pues ha tenido que ser tremenda cena.

3. Tris Speaker por el alquiler

Los Americans de Boston firmaron a Speaker de la Texas League en 1907, pero bateó apenas .158 para Boston en siete juegos. Con la organización sin mayor interés en él para ese momento, Speaker tuvo que pagar sus propios gastos durante el campamento primaveral del equipo en Little Rock, Arkansas en 1908. Al finalizar el Spring Training, los Americans – que cambiaron su nombre a Medias Rojas – le dieron su contrato al equipo Little Rock de la Southern Association como pago por poder usar el campo.

El único detalle era que si Speaker terminaba mejorando, Boston se reservaba el derecho de comprarlo nuevamente por US$500. Bueno, vaya que mejoró, tanto que terminó en el Salón de la Fama. Los Medias Rojas lo recibieron de vuelta al final del año, y terminó liderando al club en la conquista de dos Series Mundiales.

4. Johnny Jones por un pavo vivo

Jones nunca llegó a las Grandes Ligas, pero su nombre vivirá por siempre en la infamia por ser el jugador que Joe Engel cambió por un pavo.

Jones era un shortstop de esos que no bateaba mucho que jugaba para los Lookouts de Chattanooga, y la prensa local la tenía tomada con él. Así que en 1930, Engel lo mandó a los Hornets de Charlotte de la Piedmont League a cambio de un pavo de 25 libras que, de acuerdo con el mismo Engel, estaba “teniendo un mejor año”. Engel mandó a cocinar el pavo para la cena de la Asociación de Escritores de Béisbol del Sur. Pero parece que la carne estaba un poco dura, así que quizás los Hornets salieron con la mejor parte de la transacción.

5. Kerry Ligtenberg por bates y pelotas

Después de no ser tomado por nadie en el draft, Ligtenberg terminó con los Loons de Minneapolis de la Prairie League, un circuito independiente, por un suelo de US$650 mensuales. En 1996, sólo necesitaba completar una clase más para graduarse de ingeniero en la Universidad de Minnesota y probablemente dejar al béisbol en el pasado. Pero los Bravos, por recomendación del manager de los Loons, Greg Olson, se interesaron en él.

Los Bravos firmaron Ligtenberg, y el asistente de la gerencia general del club, Dean Taylor, le ofreció una recompensa a Olson por la recomendación. Olson era un tipo práctico, así que pidió algo que su club realmente necesitaba: 12 docenas de pelotas y dos docenas de bates. Un robo para los Bravos, con quienes Ligtenberg terminó lanzando 254 juegos en cinco temporadas.

6. Keith Comstock por US$100 y una bolsa de pelotas

Este fue un poquito más allá que la transacción anterior, porque el zurdo Comstock de hecho tuvo que entregar las pelotas él mismo.

Comstock ya tenía tiempo dando vueltas por las menores y para entonces estaba con la organización de los Atléticos cuando, en la primavera de 1983, los Tigres se interesaron en él. Detroit ofreció US$100. Cuando eso no fue suficiente, Detroit mejoró la oferta ofreciendo también las pelotas. Comstock llegó a las Grandes Ligas en 1984.

7. Joe Martina por unas ostras

Martina lanzó sólo una temporada para los Senadores de Washington en 1924. Pero su nombre será siempre parte de la historia por el cambio de 1921 en el que Dallas lo envió a Nueva Orleans por dos barriles de ostras.

Debido a aquella transacción, Martina siempre fue conocido como “Joey Ostra”.

8. Len Dondero por unas donas… bueno, casi

Dondero fue un infielder que jugó para San Antonio en la Liga de Texas en 1930. Cuando los dueños del equipo de Dallas, George y Julius Schepps, que también tenían una panadería, le ofrecieron al dueño de San Antonio, Homer Hammonds, una docena de donas por Dondero, Hammonds mordió el anzuelo. Pero al final los dueños de ambos clubes tuvieron que compartir las donas, pues el cambio no fue aprobado.

Los Spiders de Cleveland necesitaban un brazo, y el propietario Frank Robinson decidió apostar por Denton Young, que había tenido una sólida temporada con los Dadjys de Canton de la Tri-State League.

Young terminaría siendo conocido por sus números récords, su famoso sobrenombre (Cy, por “Ciclón”, debido a la tenacidad de sus pitcheos) y por además de inspirar el más prestigioso premio de pitcheo que existe, el Cy Young. Y todo lo que le costó a Robinson adquirirlo fue US$250 o US$300 (hay varias versiones) y un traje nuevo para el manager de Canton.

Ocurrió durante el Spring Training, cuando Cisco, un jugador que había sido tomado en el 36ta ronda del draft del 2008, no iba para ningún lado en la organización de los Filis a pesar de haber dejado buenos números en Doble-A y Triple-A la temporada anterior.

Los Angelinos necesitaban un brazo para sumar profundidad en las menores y los Filis les dieron a Cisco como un gesto de buena voluntad.

De vez en cuando uno oye sobre un tipo al que cambiaron por un dólar, sólo para colocar algo en el registro de transacciones. Pero “no hubo compensación” es algo bien raro. Cisco nunca llegó a las Mayores, pero dejó 3.99 de efectividad en Doble-A durante su único año con los Angelinos, lo que puede considerarse… ¿mejor que nada?

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