Vía libre para Kyrie Irving. Se ha levantado el veto. El jugador ha recibido el permiso para regresar a la disciplina de los Nets después de que fuera apartado por la polémica que suscitó una publicación en redes sociales en la que daba publicidad a una película con tintes antisemitas. Según han indicado los periodistas Shams Charania y Chris Haynes, bien conectados con la actualidad en torno al base, su regreso está programado para este próximo domingo en un enfrentamiento con los Grizzlies en Brooklyn (jornada del 20 de noviembre a la 1:00 según el horario peninsular español).

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En la franquicia habían sido ultracríticos con esta actitud. El propietario, Joe Tsai, fue el que primero advirtió sobre esta actitud de Irving confrontándole en la misma red social en la que propagó su mensaje. Adam Silver, primero sin citarle y luego aludiendo a él directamente, tampoco se puso de su parte. Sólo la NBPA, de la que Irving es vicepresidente, trató de elevar la polémica a una categoría general. Después ha habido jugadores como LeBron James o Jaylen Brown que han hecho público su descontento con la severidad de la sanción a Irving, que volverá próximamente a vestirse de corto.

A sus 30 años Irving está en muy buenos números: 26,9 puntos, más de lo que le promedio de su carrera profesional, y 5,1 rebotes y 5,1 asistencias. Lo malo es que en su ausencia, y teniendo en cuenta el progreso con Jacque Vaughn como head coach tras la salida de Steve Nash, los resultados son buenos para los Nets: cuatro victorias y tres derrotas. Contando con el disputado anoche serán ocho citas en las que el polémico base ha estado fuera.

Se filtró hace unas semanas que Irving tendría que pasar seis pruebas para alcanzar el perdón: pedir perdón o condenar la película, donar medio millón de dólares a causas que luchen contra el odio, hacer un curso de sensibilización y otro contra el antisemitismo, reunirse con líderes judíos y hacerlo también con Adam Silver y Joe Tsai para demostrar que ha entendido las consecuencias de este acto. Por el camino se han quedado pérdidas sustanciales para el jugador como el patrocinio de Nike, la marca de ropa que le vestía, por no hablar del prejuicio en términos reputacionales que esto le acarreará.