Los Nuggets continúan con la inercia del campeón

La NBA volvió a subir el telón de su espectáculo con una reedición de las finales de conferencia que enfrentaron la pasada campaña a Nuggets y Lakers. Elemento venganza entre medias, ya que los angelinos llegaron con toda la fuerza recuperándose de un mal inicio de campaña para llegar a Denver y terminar -sin opción de réplica- perdiendo 4-0 la eliminatoria, el Ball Arena recibió a sus héroes en la ceremonia de entrega de los anillos de campeón. Un recordatorio del baño de masas del pasado mes de junio para comenzar la temporada en la que intentarán la repetición, volver a ganar, ser una vez más los mejores. Y lo siguen siendo; 119-107, el marcador en esta cita inaugural de la 2023/24.

Denver perdió en el mercado a Bruce Brown, que se destapó como pegamento en el último curso, y deberá descubrir otros talentos, como pueden ser Gillespie o Watson para dar continuidad a una rotación bien trabajada. De momento, sin mayores problemas ante un rival que no va corto de efectivos.

Vanderbilt era la baja más notable del encuentro y la tenían los Lakers, que de todos modos van a tener trabajo acoplando a los fichajes a la estructura que tenían el año pasado. Reddish, Vincent o Hayes entran, claro, pero dentro de una irregularidad que no fue su seña de identidad a finales de temporada.

En EE.UU. continúan dando de lado a Denver y Jokic en cuanto a formas de vender la Liga se refieren. Sólo que sean campeones les ha colocado en el evento principal de la apertura de temporada. Lo cual no afecta a una persona a la que le resbala la importancia -o falta de ella- que le den los demás. A su estilo, sin hacer ruido, Jokic se apuntó otro triple-doble, el tercero en la historia para un MVP de las Finales en el siguiente partido de la Liga tras hacerlo James y Johnson precisamente con los Lakers, con una sobrada estadística: 29+13+11.

Los campeones comenzaron con un dominio atronador. Jokic retó a Davis, que inauguró la temporada con un mate a dos manos, y empezó venciendo. Se apoyó el serbio en las ganas de Porter y la dureza de Gordon. LeBron sólo estuvo 5:57 minutos en pista y se tomó un descanso, un guiño a la que puede ser la estrategia de reservas con él a lo largo del año. Y cuando se marchó el monstruo de Ohio su equipo empezó a descabalgarse del marcador. El control de los ataques de Nikola contrastaba con una falta de ideas a la hora de manejar los suyos por parte de los Lakers, en los que nadie parecía querer el balón. Y se fueron los Nuggets. 34-20 acabó el primer periodo justo cuando James volvía a la pista.

Todo pegó un giro al cambiar la idea a una pretérita. Después de verse en -18 tras un triple de Reggie Jackson para el 40-22 hubo reacción en los Lakers. Desde el banquillo. A Jokic, cuando volvió del primer descanso, le cambiaron la defensa. Hachimura, como ya hiciera en playoffs, ejercía de stopper para que el que rematara al balcánico fuera Davis. Y el segunda espada del equipo, A.D. para los amigos, empezó a subirse a las barbas de su contrincante. Fundido a negro de los Nuggets, que perdían el compás a la vez que lo hacía Jokic, y acercamiento. Pequeño. Era más en imagen que en puntos.

Los visitantes confirmaron esa impresión durante los quince minutos que siguieron al paso por los vestuarios. Reaves y Prince aparecían sin vergüenza, más habitual en el primero que en el segundo, y dejaban claro que va a ser clave el papel de los secundarios en una plantilla, por otra parte, muy dependiente de sus dos megaestrellas. Y LeBron controlaba tanto sus pulsaciones como las del juego. Y Davis tenía que hacerse grande de verdad. Tras ponerse a seis a falta de 7:41 para terminar el tercer acto pegaron de nuevo los Nuggets pararon el golpe con Gordon y Pope. Faltaba otro arreón, el realmente importante, para reducir las distancias a lo nimio. Llegó el 87-84 cuando empezó el último cuarto y terminó el sueño.

Gordon volvió a hacer añicos el corazón de los Lakers, pero quienes clavaron el puñal fueron otros. De nuevo con los triples. En cuanto a los Nuggets les empezaron a entrar los lanzamientos exteriores, e importantes fueron los de Murray, Porter y Caldwell-Pope encadenaron en un minuto y medio, acabó la pelea por el resultado. Un parcial de 23-14 hasta que Darvin Ham sacó la bandera blanca batió a los Lakers. El dúo intercambiable con balón que forman Murray y Jokic volvió a ser clave para, sin ser excesivamente brillantes numéricamente, sacar del mapa a los californianos. ¿Por qué? Porque a esto no se gana con la calculadora en la mano. Dejar a Anthony Davis en 0 puntos en la segunda mitad, por ejemplo, es uno de los puntos con los que se pueden decidir partidos de tan alto voltaje. La regular season ha comenzado de la misma manera que acabó la fase decisiva de la anterior campaña y el dominador es Denver, conservando inercia, calidad, hechura y hambre.

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