Los Warriors no despiertan y pierden su cuarto partido seguido

Ya no es un simulacro. Los Golden State Warriors, vigentes campeones y máximos favoritos a todo en la NBA, siguen sin levantar cabeza. Su gira por el Este está lejos de ser llena de piedras de toque del primer nivel, y el resultado ha sido el mismo: derrotas. Tras partidos peleados, pero derrotas. Y en su mayoría con defectos propios que no suelen servir para ganar partidos de baloncesto. Como ocurrió ante unos Orlando Magic (130-129), que solo habían ganado uno antes de recibir al defensor del anillo. El 3-6 total, casi como los Lakers, dice todo.

No les sirve nada. Ni que su estrella y mejor jugador, Stephen Curry, encandene partidos de MVP. En Florida, 39 puntos, 9 asistencias y 3 rebotes que no valieron. Porque cuando el balón quemaba perdió dos balones clave. Así, los de la Bahía desaprovecharon entre errores de bulto y la falta de defensa lo que habían construido (84-70, 31') bien mediada la reanudación tras el descanso.

Porque regresaron los Magic tras la explosión anotadora de Curry. Entre Banchero (22+8+3) Jalen Suggs (29+1+9) devolvieron el parcial y en el amanecer del último periodo lo igualaron (100-100, 38'). Entre ayudas de los Warriors que no se daban y desconexiones. Había mucha tela por cortar.

Tanta que Suggs entrando solo les devolvió la ventaja en el marcador, y con un triple de Hampton (104-113, 43'), también sin oposición, podrían sentenciarlo. Pero un 2+1 sobre Looney, otro sobre Green y un magnífico 'step-back' de Curry más 1 para 1 puso por delante a los campeones. Pero Suggs apareció con otro triple al que apoyó una entrada de Wagner (123-126, 47').

Curry seguiría en modo estelar, empatando el partido en el último minuto. Aunque encontraría su piedra en el zapato en Suggs, porque el MVP de la noche daría la puntilla con otro. Los Warriors se resistirían a perder, con el el séptimo -para 27 puntos totales- de la noche de Klay Thompson y ese ímpetu les llevó a preparar la jugada final sobre él. Bien tirada, pero sin la finalización correcta. Derrota por 130-129.

Sin permitir a Wagner entrar o los triples de Suggs otro gallo cantaría. Pero la cuarta derrota seguida. "Tenemos que ajustar nuestra defensa", dijo Draymond Green. Más tajante fue Steve Kerry. "Tenemos que salvarnos nosotros mismos, porque nadie más va a venir", sentenció. Un viaje dramático, que desata una crisis en el lugar dónde no las había.

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