Tras algo más de 10 días de reposo por una distensión en la muñeca, regresó el carnaval de Luka Doncic a la NBA. El de la magia cada día de partido, las soluciones imposibles y las jugadas antológicas. El que solo un talento como el esloveno puede hacer. Volvió a jugar y retomó la acción como si nunca hubiese faltado. Entonado, decisivo y líder de unos Dallas Mavericks que habían aprendido a ganar sin él, pero que con el canterano del Real Madrid son un serio candidato a todo en la mejor liga del mundo. Esa es la diferencia de vivir con Doncic o sin él.
La cosa es que Doncic volvió y los Mavericks siguen en trance. Ganaron en un partido durísimo a los Portland Trail Blazers (131-137) y suma siete de los últimos ocho choques. Siendo el de Oregon uno complejo al venir en back-to-back y con una colección de bajas que quita el hipo. Faltaban Kyrie Irving, Klay Thompson, Naji Marhsall, Dereck Lively y Dante Exum -que ya viene de largo-.
Luka fue su clave ante todos los problemas. Mantuvo el ritmo anotador en la salida y en el tramo final encadenó buenas acciones. Primero se hizo fuerte con sus tradicionales penetraciones que pocos pueden igualar, y cuando Portland lanzó sus defensas sobre su figura, Luka sacó la varita. Vio solo a PJ Washington, lanzó un pase de dibujos animados y el alero enchufó el triple. Ahí cambió el partido y Portland, que había contado con un gran Anfernee Simons (27), no tuvo más gas.
Doncic fue el mejor. Facturó 36 puntos con buenos porcentajes de tiro (15/24 TC y 4/10 T3), capturó 7 rebotes y repartió 13 asistencias. Además, robó tres balones. Al firmar un doble-doble de 35 o más puntos y las 10 asistencias mínimas, el chico formado en el Madrid se convirtió en el tercero que más veces ha alcanzado esos registros en una clasificación que domina James Harden.
La grandeza de Doncic no me sorprende en absoluto
"Su grandeza no me sorprende en absoluto. Me fijo en su lenguaje corporal. Cuando tiene un tipo de mirada diferente en el que te dice que va a correr como 15 jugadores. Cuando mira así, todos nos quedamos fijamente mirándole en ese momento", reconoció su compañero Spencer Dinwiddie sobre Doncic y sus tramos finales. Vuelve y se nota.
Estar ahí, jugar feliz y conseguir una victoria. La conseguimos y estoy muy feliz por estar de vuelta
"Estoy feliz. Es lo que me encanta hacer. Estar ahí, jugar feliz y conseguir una victoria. La conseguimos y estoy muy feliz por estar de vuelta", reconoció el esloveno. Tomó los mandos de una maquinaria que ya funciona. "Tienen un gran ritmo, yo me tuve que adaptar", cerró el chico maravilla