Nadie puede con los Cavs

De entre todos los equipos que hay en la NBA, los Cavs son de los que menos están perjudicados por el coronavirus. La situación se ha hecho realmente insostenible en las dos últimas semanas, todas las franquicias cuentan con bajas más o menos importantes y muchas plantillas están en una situación irreal, que no pueden gestionar y que provoca que las conclusiones que saquemos de los partidos no valgan para demasiado. Pero, entre todo eso, los Cavaliers siguen sumando victorias y que se coloquen en el tercer puesto de la Conferencia Este con un récord de 19-12. Sexta victoria consecutiva y ascenso a la élite, con un puesto que no ocupaban desde que LeBron James se encontraba en Ohio y la entidad pensaba más en anillos y menos en reconstrucciones. En otras palabras: todo un logro.

Los Cavaliers ganaron a los Bucks en Milwaukee. Y sí, fue a unos Bucks repletos de bajas: no jugaron Donte DiVincenzo, Rodney Hood, Bobby Portis, Brook Lopez, Wesley Matthews ni Giannis Antetokounmpo. Los protocolos de salud y seguridad del coronavirus, la frase más escuchada en la NBA en el último mes, se han llevado por delante a muchos jugadores y Mike Budenholzer no tiene más remedio que tirar de lo que hay como buenamente puede e intentar apañar el momento de temporada en el que se encuentra. Los Bucks, por cierto, son adelantados por los propios Cavaliers con esta derrota y también por los Heat, y se quedan con un récord de 19-13. Aunque ahora mismo, claro, todo está orientado a que pasen los partidos y las bajas vuelvan lo antes posible.

Ricky fue el mejor jugador de un equipo que dominó de principio a fin: 15 puntos, 5 rebotes y 10 asistencias para el base español, que suma su cuarto doble-doble de la temporada y su segundo encuentro consecutivo con 10 o más asistencias tras las 12 que repartió ante los Rockets. Los Cavs, además, han conseguido todas las victorias de su racha particular por una diferencia de 10 o más puntos y han desarrollado un juego espectacular con el que, en estos momentos, nadie puede competir, bajas mediante, en la NBA. Y todo ello, con un Ricky supremo que se ha erigido como líder espiritual y moral de un grupo joven que se gusta y es un rayo de luz dentro de una NBA sumida en la oscuridad del coronavirus.

Además de Ricky, 23 puntos de Cedi Osman, 22 de Darius Garland (con 10 de 13 en tiros de campo) y 15, con 7 rebotes y 4 asistencias de un Kevin Love que hace unos meses parecía que no quería jugar al baloncesto y ahora vuelve a tener un brillo especial en la mirada. Y 14 de Jarret Allen, que sigue opositando al All Star con todo merecimiento. Y en los Bucks, o desconocidos o viejos conocidos: Jordan Nwora se fue a 28 tantos, Sandro Mamukelashvili a 17, George Hill a 14 y DeMarcus Cousins tuvo algún ramalazo del jugador que fue en su día: 12 puntos, 12 rebotes, 1 asistencia, 5 robos y 1 tapón. Una derrota que no se puede sobredimensionar para los Bucks por las bajas, pero que sí confirma el buen momento de los Cavaliers. Un equipo que está de moda.

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