Batacazo de Rosberg, Hamilton abre brecha
Hamilton estuvo impecable, como desde finales de mayo, cuando salió victorioso de Mónaco. Desde entonces se ha anotado seis victorias en siete pruebas. No es que haya volteado el Mundial es que ya abre una brecha de 19 puntos respecto a Nico Rosberg, que antes de la prueba monegasca era de +43 a favor del germano.
La habitual zona limpia en todos los trazados fue una trampa en Hockenheim. El primero perdió tres puestos, el tercero y el quinto (Ricciardo y Raikkonen) uno. Hamilton tomó la cabeza y Verstappen se adelantó a Nico y a su compañero por fuera como el que duerme. desde ahí se planteó la batalla de ajedrez de las estrategias.
Rosberg, ayudado por su muro consiguió remontar, pero al pasar a Verstappen alargó la frenada y cerró al holandés en al nueva horquilla, lo que le costó una justa penalización de 5 segundos con el actual reglamento en la mano.
Verstappen fue superado por un Ricciardo que fue de lo mejor en Hockenheim, con un ritmo demoledor con el que incluso quiso atacar a Hamilton en el último tramo. Era tarde, como casi siempre. Max, por su parte, logra su cuarto podio en ocho carreras con Red Bull, lo cual no es mal bagaje para un joven de 18 años.
Alonso, de más a menos
Fernando Alonso tuvo una carrera para olvidar. Se vio tapado en la salida por uno de los Renault y luego se vio capaz de adelantar a Massa, Gutiérrez o Pérez en pista, pero con Button siempre por delante, toda la estrategia vino en su contra. Una mala primera parada le distanció 6 segundos del inglés y ya no pudo darle caza.
Al final, con un juego de superblandos usados, se colocó décimo a 2,5 seg. de Jenson, pero las gomas se agotaron muy pronto y fue superado por Pérez y Gutiérrez en las tres vueltas finales para dejarle en un duodécimo que no sabe a casi nada.
Sainz, pujante en el primer 'stint' y adelantando a Massa, tuvo una detención desastrosa por parte de sus mecánicos. Perdió dos puestos y quedó hundido en mitad del tráfico, con el pobre ritmo de su Toro Rosso. El decimocuarto final, justo por delante de su compañero, no compensa su esfuerzo.