El cambio físico que convirtió al 'genio' Brahim en un crack mundial
"A su vuelta a Madrid le vi más potente, más fuerte, con más carácter", dijo ayer Carlo Ancelotti cuando terminó el partido en Leipzig (0-1) con el golazo de Brahim Díaz (BD). Y es que el malagueño de 24 años volvió a ser la figura del equipo, pese a la lesión que le hizo salir del campo antes de tiempo y de cuya evolución hoy sabremos más.
Es evidente que BD ha evolucionado físicamente para poder explotar ahora en la élite lo que siempre tuvo: talento natural. "Su evolución ha sido lenta pero segura", nos dice alguien que le conoce muy bien. Ha sido un trabajo constante, más que una revolución corporal. Él sabía que para explotar su fútbol genial tenía que progresar físicamente. Y lo hizo con mucho trabajo personal y ayudado por especialistas. Sin ser obseso del gimnasio, se cuida mucho, amén de trabajar la alimentación y el descanso.
Su evolución física es elocuente desde que se fue del Real Madrid en la primera etapa (2018-20) hasta que regresó del Milan tras tres temporadas allí (2020-23). La Serie A le ayudó mucho. Una Liga más física donde le 'pegaban' bastante, y eso le ayudaba a superar obstáculos y seguir trabajando su cuerpo. El talento ya existía.
"Él sabía que lo necesitaba, que la Serie A le ayudaría en ese sentido", nos dice Jaime, un exjugador de Málaga que tuvo al 'chico' en el Tiro Pichón, uno de sus clubes de formación, y que lo conoce mejor que muchos. Quizá el mayor cambio físico vino de la 20-21, su primera campaña en Milán, a la 21-22.
En efecto, la Serie A le formó mucho. "Sabía que tenía que llegar a Madrid mejor preparado". Para ello, se ayudó de readaptadores y no paraba de ejercitarse ni en verano, cuando, en Málaga, aprovechaba las vacaciones para seguir adaptando su cuerpo a su talento traído de serie. El crack mundial que es ahora se empezó a forjar en esas mañanas de verano malagueño.
Por eso, a BD, en la jugada del gol de ayer, no le 'bajaron', pese a que sufrió varias tarascadas. De ésas, en Italia, padeció muchas (no pitadas, la mayoría) en un fútbol más rudo que el español. En el Madrid, también trabajó y trabaja mucho, aunque nunca se obsesionó por tener 'musculitos' eternos. Era su talento, más algo de físico... igual... al crack mundial que ahora empieza a ser y que, se supone, le valdrá la llamada de la Selección en el próximo mes de marzo. Por fin, llegaría su debut serio con La Roja, a la que siempre, como dijimos aquí, le tuvo fe, por mucho que le quisieran desde Marruecos, con quien también puede jugar.
El gol en el Red Bull Arena es su octavo en lo que va de temporada (en todas las competiciones), lo que hace que sea ya el mejor registro de su carrera. Con su segunda diana en lo que va de Champions, la otra fue al Braga, deja atrás así las siete que alcanzó en dos de sus tres campañas como 'rossonero'.
Las fotos que aquí se ven muestran a este redactor que les escribe con el 'chico' en 2016, recién llegado a Mánchester; y con el madridista hace pocos días. Se puede ver la diferencia de físico, lógica, por otra parte.
Y así evolucionó el delantero malagueño hasta ser el icono mundial que empieza a ser ahora, incluido el nuevo súpercontrato de Adidas que MARCA les adelantó en exclusiva y que empieza a justificar con goles como el de ayer, su mejor 'pieza' desde que está en el Madrid, un club que ya suspira por que la lesión de ayer no sea de cierta importancia.