El Girona se estrella contra la crueldad de la Champions

Bienvenido a la Champions, Girona. Qué forma más dura de caer. El equipo de Míchel, que lo había aguantado todo en el partido, perdió con crueldad. En el último minuto, en el 90, y con una desgraciada acción de Gazzaniga, que hasta ese momento lo había parado todo. Sucedió que Nuno Mendes se coló por el costado izquierdo, se marchó de Arnau y remató. Un disparo sin dificultad que esperaba el meta en el primer palo. Pero el balón se coló entre los brazos del cancerbero y acabó en la red. Gol en propia puerta.

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Gol de Gazzaniga_ p.p. (1-0) en el PSG 1-0 Girona

El PSG, malvado anfitrión, ejerció de maestro de ceremonias. Los galos mostraron a los de Míchel el maravilloso, y despiadado, mundo de la Liga de Campeones, pero lo hicieron a su manera. Sin piedad, apretando. Esto es la Champions, la que todos sueñan con ganar y se compite al máximo nivel, a tope. El Girona dio la cara, no se arrugó y resistió, pero perdió en el último suspiro en su histórico estreno europeo, un resultado, un sinsabor que, por supuesto, no debe empañar la gesta que ha conseguido el equipo. Los catalanes ya saben lo que es la élite de verdad. Ahora, tras el dolor del debut, por delante tienen aún un bonito futuro, siete partidos para disfrutar... y soñar. ¿Por qué no? Esto es sólo el principio.

Los franceses, siempre candidatos a ser campeones, demostraron que han arrancado la temporada como una moto. Llegaban lanzados al partido. Y siguen embalados. Cuentan por victorias todos sus encuentros. Y ya son cinco, cuatro de la Ligue 1 y el de hoy. Veremos cuando tengan que mirar a la cara a los ogros de la competición, pero, por el momento, Luis Enrique y sus chicos no echan de menos a Mbappé.

Cumplió Míchel, todo un caballero, y en el Girona jugaron Stuani, de 37 años, y 10 más. El míster se lo había prometido al delantero, santo y seña del club, la pasada campaña. No todos los entrenadores hubieran mantenido su palabra. Pero él sí. Cinco cambios en el once, que en pocos días vuelve LaLiga y ahí sí que no se pueden despistar.

El PSG no dejó al Girona ni respirar. Quería marcar el territorio desde el principio... y lo marcó. Apenas 20 segundos habían pasado y Barcola sembró el pánico en el área de los catalanes. Miguel alejó el peligro cuando Asensio ya buscaba la pelota. Apretaban mucho los franceses, ejerciendo una presión impecable y ahogando la salida de balón de los catalanes. Buen comienzo de partido de los de Luis Enrique.

Por un lado Barcola, por el otro Dembélé. Eran puñales al inicio, un peligro. También Zaïre-Emery, que primero acarició el gol, aunque su disparo tocó en Krejci y se desvió, y después se la dejó de tacón, qué calidad, a Asensio en la frontal para que el 11 rematara cruzado un balón que lamió el poste.

La pelea por el balón

Los de Míchel intentaban no renunciar a su estilo, a tener la pelota, pero no la olían. Y entonces sufrían. La lucha por el control tenía un claro ganador. El PSG, por momentos, tuvo el 75% de posesión. Mejoró después el Girona. ¿Por qué? Porque tuvo más el balón. Toque, toque, toque... y a intentar dormir al PSG. La primera combinación larga de los catalanes terminó con un centro peligroso de Miguel para Stuani, una pelota que atrapó Safónov por arriba. El PSG, si corre detrás del esférico, es menos PSG. Por eso, los de Míchel dejaron de sufrir en la recta final de la primera mitad, aunque no consiguieron rematar, ni fuera ni a portería, antes del descanso.

Los galos recibieron una mala noticia previa al parón. Asensio se tuvo que retirar lesionado en el minuto 39 y entró Kolo Muani. Luis Enrique pasaba de un falso 9 como referencia a un delantero puro.

A pesar del control del PSG, del peligro que había generado, el primer disparo a puerta del encuentro fue obra de Fabián a la vuelta de los vestuarios. En el 47', blandito y fácil para Gazzaniga, al que, minutos después, se le escapó un centro de Achraf y metió en apuros al equipo. El Girona también tuvo la suya con un cabezazo de Stuani. Si el balón vuela por el área, el uruguayo lo caza. Es lo que lleva haciendo toda la vida. En esta ocasión, desvió Safónov.

Aparece Dembélé

Las contras del PSG le generaban muchos problemas al Girona. Para algunos, se durmió Dembélé, para otros, la acción defensiva de Krejci fue espectacular. Sea como fuere, el zaguero se la robó limpiamente al galo casi en el área pequeña cuando ya armaba la pierna para fusilar al meta, tras un contraataque que comenzó Kolo Muani.

Estaba con ganas Dembélé, que lo intentó después con un par de lanzamientos lejanos. Uno de ellos, directo a la escuadra, obligó a Gazzaniga a emplearse a fondo. Paradón. Apretaba el PSG y a Kolo Muani se le fue por muy poco un cabezazo a la salida de un córner. Aún tuvo una más, clarísima, el delantero, que se giró en el área, un recurso de puro 9, y le pegó cruzado. Lamiendo el poste. Volvían a acelerar los galos. Kang-in Lee aparecía por muchos sitios y siempre jugando con criterio.

Lo pasó mal el Girona en la recta final. Gazzaniga le sacó a bocajarro un balón a Achraf en el 85'. Ahí pudo estar el triunfo del PSG, que llegó después con esa desgraciada acción. Y el meta, que había sido de los mejores, si no el mejor, dejó de ser héroe para transformarse en villano. Fue la peor forma de caer.

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