Hace un año, todas las miradas existentes en el baloncesto mundial se posaban sobre Victor Wembanyama, el jugador definitivo de baloncesto. Por condiciones y sensaciones, nadie se atrevía a pronostica techo del galo. Cosa que tras su primera campaña en la NBA (donde ha promediado 21,4 puntos por partido y 10,6 rebotes) sigue vigente. Regresa a la mejor liga del mundo, más mejorado... pero con un cambio de mentalidad tras lo vivido en el verano.
Mucho tardará en olvidarse la locura de Wembanyama y los suyos en los Juegos Olímpicos de París 2024. Rozaron la proeza ante la Estados Unidos de los Curry, Durant y LeBron James, Francia se enamoró de los suyos y la plata dejó tanto orgullo como hambre para el chico de Chesnay. Es más, es lo que más desea.
"Prefiero ganar un oro olímpico a la NBA", reconoce sin temblar a Sports Illustrated, una publicación icónica en el deporte estadounidense. Todavía no se sabe si es por el recuerdo de París o porque, ciertamente, está más cerca que una NBA con los Spurs salvo cambio gigante en San Antonio. Pero Wembanyama apunta a ello. "Es más raro. Más complejo. Solo cada cuatro años", comenta.
Un oro olímpico es más raro, más complejo
Antes del año II
Es una declaración de intenciones que llega justo antes de comenzar una nueva campaña con sus Spurs. Tras un verano importante, pero que también cambia cosas en Francia tras la salida de figuras como Nico Batum o Nando de Colo, y en el que los Spurs buscan ese paso más para acompañar a Wembanyama. A través de varias novedades, como Chris Paul, a los 39 años, el novato Stephon Castle o el completo alero Harrison Barnes.
Una propuesta nueva para llevar a Wembanyama a buen puerto. Aunque no sea su sueño principal, sí que el hambre del galo buscará llevarles a otro techo. "Somos más disciplinados, buscamos cometer menos errores que quizá anteriormente ocurrían por despiste", reclama su técnico, Gregg Popovich.