España puede salir del US Open con dos números uno
El lunes, Rafa nadal volvió a aparecer como número uno en el ránking de la ATP algo más de tres años después de la última vez (6 de julio de 2014). El español defenderá su posición de privilegio en el US Open, que se celebrará entre el 28 de agosto y el 10 de septiembre. Si no media ningún contratiempo, su compatriota Garbiñe Muguruza estará también en el último Grand Slam del año con la posibilidad matemática de convertirse en líder de la WTA. Si lo lograra, España podría salir del torneo con dos números uno por primera vez en la historia.
Serían dos tenistas de un mismo país con muchas opciones de terminar el año en la cima, un hito que se ha visto en la Era Open (desde 1968) en diez ocasiones y que solo ha protagonizado una nación, Estados Unidos. Jimmy Connors y Chris Evert dominaron al final de 1975, 76, 77 y 78. En 1981 a Evert le acompañó John McEnroe, quien compartió honores con Martina Navratilova en 1982, 83 y 84. Luego llegó la época de Pete Sampras, que pasó a la posteridad con Mónica Seles en 1995 y con Lindsay Davenport en 1998.
Nadal tendrá que jugar bien para mantener el número uno en Flushing Meadows. Sus enemigos serán el ya exlíder Andy Murray y Roger Federer, que en principió acudirán a la cita tras renunciar a Cincinnati por problemas físicos. Incluso sin jugar, el balear seguiría arriba siempre que el británico no pase de cuartos y el suizo sea eliminado en octavos (ver tablas). Aunque la realidad es que Federer, que no defiende puntos porque no jugó en el US Open 2016, acecha. Si levanta el título pasa a Nadal. Murray también, pero su temporada no invita al optimismo. A partir de ahí, las combinaciones son múltiples y Rafa depende de sí mismo.
Garbiñe Muguruza, al alza
El caso de Muguruza es distinto. Necesita hacerlo mejor que sus rivales: Karolina Pliskova, actual ocupante del trono femenino, Simona Halep y Elina Svitolina. Si gana en la Gran Manzana, será la segunda española número uno tras Arantxa Sánchez Vicario. También le valdría ser finalista y que ninguna de sus enemigas fuera campeona; o semifinalista y que Halep no lo sea ni Svitolina llegue al partido por el título. Incluso cayendo en cuartos podría conseguirlo con una carambola. España puede soñar con tener a la vez un rey y una reina del tenis.