Histórico Klay Thompson: ¡60 puntos en solo 29 minutos!
Los Pacers venían de ganar una noche antes a los Clippers en el Staples con un esfuerzo tremendo. Los Clippers, por cierto, serán mañana el rival de los Warriors en uno de los grandes partidos de toda la Regular Season. Uno que nos dará una renovada valoración (sea eso justo o injusto) de estos Clippers que empezaron como un relámpago y ahora alternan luces y sombras. Y también de los Warriors, estos Warriors, que si pierden (ahora están 18-3) en plaza grande pondrán en solfa lo que ya son capaces de hacer cuando todo se les pone de cara.
Y esta vez todo se les puso (ellos se lo pusieron, más bien) de cara. Tras la derrota ante los Rockets, 138-109 a los Pelicans y 142-106 a los Pacers. Con estos dos resultados su promedio de puntos por partido se va a 120,2. Nadie ha promediado 120 en una temporada desde los Nuggets 1984-1985. ¿Su rating ofensivo? Disparado en 115,4. Pero ni esos números encapsulan lo que le hicieron los Warriors a los Pacers. La plasticidad, el show, el desmembramiento artístico… pero desmembramiento. Fue una de esas noches especiales en un Oracle Arena que no ha dejado de vivir noches especiales en los dos últimos años. La sucesión de canastas imposibles, transiciones incomprensiblemente rápidas y circulaciones atómicas fue una mezcla sublime de precisión y poesía. Los Pacers, que no son ahora mismo precisamente un buen equipo defensivo, no pudieron hacer nada. Llegado un punto, casi ni quisieron hacer nada: es el síndrome de Stendhal.
Los Warriors se fueron a 142 puntos por encima del 50% en tiros y con ¡45 asistencias! por solo 10 pérdidas (25-2 al descanso, donde el marcador era ya… 80-50). La exhibición/demolición fue abrumadora, soberbia, de proporciones ciclópeas: 116-79 antes del cierre del tercer cuarto, cuando ya desfilaban hacia el banquillo los titulares con el Oracle en pie, de ovación en ovación y con una sensación de frotamiento colectivo de ojos. Pellizcos. Cuchicheos. ¿Esto está pasando, verdad?
Mira los 60 puntazos de Klay Thompson
Y al frente, claro, Klay Thompson: 60 puntos en 29:03. El primer jugador en la historia (al menos desde que se empezó a utilizar el reloj de tiro) que supera los 60 puntos con menos de 30 minutos en pista. El récord lo tenían Kobe Bryant (el último, hace once temporadas), Karl Malone y George Gervin con 33. Más: en los últimos 20 años solo Kobe había anotado 60 puntos en tres cuartos (62 ante los Mavericks) y él y Carmelo compartían la siguiente mejor marca: 56. Fue, además, la máxima anotación desde 1974 para un jugador de los Warriors, la franquicia que más actuaciones individuales de al menos 60 puntos acumula (30 por las 14 de los Lakers): 27 de Wilt Chamberlain y uno de Rick Barry, Joe Fulks… y Klay Thompson.
La cima anotadora de Klay eran los 52 puntos que anotó en aquel partido de los 37 en un cuarto a los Kings. Esa marca había caído con más de cuatro minutos por jugar en el tercer parcial. Se sentó poco después (a 1:20 del final de ese cuarto) y no jugó más. Terminó en 60 puntos y una serie de 21/33 en tiros (8/14 en triples, 10/11 en tiros libres). Al descanso llevaba ya 40 (algo que no hacía nadie desde Kobe en 2003) con un 15/22 en lanzamientos, en un trance que puso patas arriba, muy literalmente, al banquillo de los Warriors.
Un último dato absolutamente descriptivo y absolutamente estremecedor: Klay anotó 60 puntos y solo una de sus canastas no llegó tras asistencia de un compañero. Así fue el partido de los Warriors.
Esa fue la gran historia del partido, aunque la gran imagen y el perfecto resumen sea esta jugada de videojuego, ejecución casi inconcebible:
En los Pacers, que les tocó pasar por allí, Paul George (el jugador favorito de Kevin Durant, como este reconoció horas antes del partido) acabó sumando 21 puntos y 10 rebotes. Pero su equipo fue una mancha borrosa que los Warriors sacaron de la pista en un puñado de minutos para no frenar ni siquiera en el último cuarto y ya con Ian Clark, Pat McCaw y el resto del fondo de armario manejando las operaciones. Draymond Green solo anotó una canasta (2 puntos) pero sumó 5 rebotes, 4 robos y 10 asistencias, Kevin Durant terminó con 20 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias en 22 minutos y Stephen Curry solo tiró 10 veces (2/7 en triples, 13 puntos) pero repartió 11 asistencias para su segundo doble-doble de la temporada.
Esos son los números. Pero lo que realmente sucedió en el Oracle Arena hay que verlo. Por esto, aunque solo sea una noche de Regular Season en diciembre, algunos veíamos con buenos ojos, y pese a tantas críticas, la formación de un equipo como este. Porque intuíamos que aunque el objetivo solo puede ser el anillo el camino podría resultar fascinante, desde luego digno de mantener los ojos bien abiertos cada noche. Y mañana, después de semejante orgía, prueba muy seria en la visita a los Clippers…