La pegada de Sabalenka frustra la final estadounidense
La final femenina del US Open soñada por el público estadounidense, entre dos de sus compatriotas, como la que se dio en 2017 cuando Sloane Stephens ganó a Madison Keys, no se repetirá este año en el estadio Arthur Ashe. Lo impidió, imperial, Aryna Sabalenka, el paradigma del ideal deportivo: rápida, fuerte y poderosa. La bielorrusa de 26 años y número dos del mundo venció por 6-3 y 7-6 en 80 minutos a Emma Navarro, 12ª en el ranking mundial, de 23 años. Lo hizo a base de golpes ganadores (34) y con otros que no le dieron puntos directos, pero provocaron errores forzados de su rival.
“Bueno, tíos ahora me animáis, es un poco tarde”, bromeó Sabalenka. ”Esto significa mucho y aunque la hayáis apoyado a ella, me habéis puesto la piel de gallina en una atmósfera increíble. He disfrutado mucho. Emma es una jugadora muy dura y estoy feliz por haber superado una semifinal tan difícil”, añadió en la pista. Campeona en el Open de Australia de 2023 y 2024, repite partido por el título en Nuevo York, donde perdió el año pasado contra Coco Gauff. Es la primera mujer que llega dos veces consecutivas desde Serena Williams en 2018 y 2019. Es su cuarta final de Grand Slam y en ella se enfrentará el sábado (22:00, Movistar+) a la otra semifinalista estadounidense, Jessica Pegula, que remontó ante la checa Karolina Muchova (1-6, 6-4 y 6-2 en 2h12) y a sus 30 años disputará por primera vez la final de un major. Consuelo para el torneo y para los aficionados, que tendrán al menos a uno de sus paisanos en las dos finales individuales (el otro será Tiafoe o Fritz, en el cuadro masculino). “Es asombroso. Están aquí mi hermano, mi hermano, en la pantalla mi padre, mi cuñado, muchos amigos, mucha familia… y, por su puesto, mi marido, que no se ha puesto de pie porque no quiere ser visto. Siempre han estado en mis partido y estoy contenta de poder compartir esto con ellos”, dijo la de Búfalo.
Amago de remontada
Navarro, vencedora en cuartos ante Paula Badosa, jugaba su primera penúltima ronda en un major, después de superar también hace unas semanas su mejor resultado en Wimbledon (perdió contra Paolini en cuartos). Su tenis inteligente y seguro no fue suficiente ante la potencia de una Sabalenka furiosa, cuya peor enemiga es ella misma. Casi todo el partido depende de lo que haga, de sus aciertos y de sus errores. Así se adelantó en el primer set y tiró el siguiente juego con una doble falta y errores que no tocaban. Después se centró de nuevo y como una apisonadora pasó por encima de la neoyorquina.
El segundo set fue más igualado. Cuando parecía tenerlo ganado Aryna, tras haber tenido un 15-40 para el 5-2 y sacando luego para cerrar la victoria con 5-4, Navarro tiró de orgullo y al resto aprovechó un 15-40 para igualar el marcador a cinco juegos. Los fallos de la de Minsk facilitaron la reacción de la americana y el delirio de los espectadores, que ya se veían yendo a los bares a por provisiones. De nuevo la presión local, como en 2023 contra Coco, hacía estragos. Por suerte para ella, detuvo la sangría y alcanzó el desempate. Ahí arrasó con un repertorio amplió de tiros, derechas, dejadas y remates.