Ben Simmons disputó su último partido en la NBA el pasado 20 de junio. Era el séptimo partido de las semifinales de la Conferencia Este frente a Atlanta Hawks y los Sixers cayeron eliminados por 96-103. Su aportación, nula: solo 5 puntos que empeoraban su ya bajo rendimiento del sexto (6), el quinto (8) y el cuarto (11). Solo en el primero y en el tercero superó la barrera de los 15 puntos con 17 y 18, respectivamente. En el segundo, fueron solo 4.

Una caída en picado en la que se mascullaba lo que vendría después, la petición de salida de Philadelphia y la negativa de la franquicia hasta encontrar algo decente que llevarse a la boca por un jugador al que habían renovado por cinco años y 177 millones dólares. El tira y afloja aumentaría en verano: rebeldía por parte del australiano que derivaría en multas por parte de la franquicia. Luego, el problema de salud mental de Simmons. Un balancín que sigue parado en medio, ni arriba ni abajo para ninguna de las dos partes, según Sam Amick.

Lista de 30 jugadores

El periodista de The Athletic asegura que la salida del jugador de los Sixers puede ir para largo. “Esto es cosa de varios años”, señalan a Amick dentro de la organización. Daryl Morey no tiene prisa, pero sí una lista de hasta 30 jugadores por los que sí traspasaría a Simmons. “Existe la creencia interna de que una buena cantidad de ellos, digamos de cinco a diez podían estar disponibles en el próximo año o dos”, señalan al periodista.

Un escenario, el del tiempo, que parce favorecer por el momento a los Sixers… siempre que el proyecto deportivo no entre en coma profundo. Ahora mismo, son octavos del Este con un balance 8-7 tras cinco derrotas seguidas por la ausencia de Joel Embiid por la COVID-19. Si a su regreso, el barco se endereza, no habrá problemas. Pero si no…

La operación para intercambiar a Simmons tampoco es fácil tras anunciarse su situación psicológica. Los directivos de las franquicias temen que el problema no esté solo en su presencia forzada en Philadelphia, sino que simplemente el australiano esté en caída. Es decir, ¿será diferente en otro lugar? El riesgo de jugársela es real a la hora de apostar por él.