Luego de la clasificación de la Vinotinto a cuartos de final de manera invicta, la selección ha recuperado el sentido de competencia y de motivación; ha mejorado en defensa y en sociedad de juego, pero aún queda una materia pendiente para los de Dudamel: Cerrar los partidos.

Ante Jamaica se vivió, ganando 1-0 los criollos tuvieron la posibilidad de incrementar la ventaja, pero no se pudo y finalmente se terminó sufriendo en las últimas instancias del partido.

Contra Uruguay fue más grave el asunto, luego del gol venezolano al minuto 35, se supo aguantar el resultado, pero en la segunda parte se tuvo ocasiones claras para el 2-0 y no se aprovecharon, incluyendo dos mano a mano de Peñaranda y una a puerta vacía de Otero. Los charrúas por poco empatan el encuentro con una clara de Cavani que se fue fuera.

Ante México, sucedió lo mismo, Venezuela golpeó adelante con un gol en la fracción 10 del partido, se aguantó casi todo el cotejo con la mínima ventaja y Josef Martínez tuvo un mano a mano claro para el 2-0. Una vez más no se aprovechó y México castigo con el empate definitorio.

Ya lo cosechado por Venezuela es una gran victoria, se lavó la cara de la mala eliminatoria que se vive y se recuperó la victoria que estaba perdida desde hace un año. Pero la Vinotinto debe ajustar a la hora de liquidar los encuentros para no sufrir malos ratos en el futuro.