Yulimar Rojas persigue nuevos límites en el triple salto de Eugene
Campeona olímpica y plusmarquista mundial, la venezolana Yulimar Rojas es una de las grandes atracciones del Mundial de atletismo que arranca este viernes en Eugene (Oregón, Estados Unidos), donde no se conforma con conquistar su tercer título consecutivo de triple salto.
Con dos récords mundiales batidos en menos de un año, Rojas compite contra sí misma persiguiendo incansable su gran meta personal: ser la primera triplista en volar hasta los 16 metros.
«Nací para saltar 16 metros», proclamó la venezolana el pasado 20 de marzo en Belgrado. «Nada es imposible, ese es mi lema y es lo que creo».
Ese día en Belgrado no solo se apoderó de su tercer oro en un Mundial de pista cubierta, a los que ahora quiere sumar un tercero al aire libre en Eugene, sino que expandió su propio récord mundial de la disciplina hasta los 15,74 metros.
Esa marca mejoró en siete centímetros la de su memorable actuación de un año atrás en los Juegos Olímpicos de Tokio, en la noche de su consagración en el olimpo del atletismo.
La carismática saltadora no deja de avanzar hacia los estratosféricos 16 metros y tampoco se muestra intimidada por ser uno de los grandes focos del Mundial, al nivel de superestrellas como el saltador con garrocha sueco Armand Duplantis, las velocistas jamaicanas Elaine Thompson-Herah y Shelly-Ann Fraser-Pryce o la fondista neerlandesa Sifan Hassan.
Desde su inexpugnable concentración en la pequeña Eugene (176.000 habitantes), Rojas envió el jueves un mensaje por Twitter a sus aficionados en Venezuela para que no se pierdan su participación en el Mundial.
«Estoy muy emocionada porque empiece mi tercer mundial consecutivo al aire libre», escribió. «Estoy feliz y agradecida con Dios por esta nueva oportunidad de representarlos. Gracias a todos por sus bonitas energías y deseos».
Rojas no dejó de recordar a sus seguidores que la clasificación del triple salto comenzará el sábado a las 10H30 locales (17H30 GMT) y la final el lunes a las 18H20 (01H20 GMT del martes).
La laureada atleta venezolana subrayó este viernes que siente «grandes expectativas» en el Mundial de Eugene en la prueba de salto triple, su especialidad.
«Siento grandes expectativas de lo que será el salto triple de este campeonato mundial. Vengo defendiendo la corona como campeona y eso me motiva mucho más», afirmó en declaraciones difundidas este viernes por su equipo de prensa.
«Estoy tranquila, feliz, compartiendo, vacilando (disfrutando) mi mundial y más que todo agradecida con Dios por brindarme la oportunidad de representar una vez más a mi país», añadió.
Un escenario de récords
Lejos del asfixiante calor de Doha, sede del último Mundial al aire libre, Rojas espera encontrar el escenario ideal para su gesta en Eugene, una bucólica localidad envuelta en las verdes montañas del estado de Oregón.
Esta vez, la extrovertida venezolana podrá alimentarse de la energía del público del emblemático Hayward Field, a diferencia de la experiencia pandémica del año pasado en Tokio donde su explosión de alegría retumbó en unas gradas vacías.
El centenario Hayward Field no tiene la capacidad habitual de eventos de este calibre (máximo de 25.000 asientos temporales) pero ya ha albergado actuaciones históricas desde su profunda remodelación en 2020.
A escasos 125 metros sobre el nivel del mar, la estadounidense Sydney McLaughlin batió el récord mundial de los 400 metros vallas (51.41 segundos) en junio de 2021 y, dos meses después, la jamaicana Thompson-Herah corrió los 100 metros en 10.54, el segundo mejor tiempo de la historia tras los 10.49 de Florence Griffith-Joyner en 1988.
En esta región de la costa oeste estadounidense, feudo del gigante de ropa deportiva Nike, Rojas no aspira a menos que extender su dominio absoluto de la disciplina, imbatida como está desde finales de 2019.
A sus 26 años, en su vitrina ya lucen los títulos de los Mundiales al aire libre de Londres-2017 y de Doha-2019 y los de pista cubierta de Portland-2016, Birmingham-2018 y Belgrado-2022, donde su récord mundial de 15,74 sacó un metro exacto de distancia a la medallista de plata, la ucraniana Maryna Bekh-Romanchuk.
El reto que por ahora se le seguirá resistiendo a la atleta criada en Altavista, un barrio desfavorecido de Puerto La Cruz, es seguir los pasos de su legendario entrenador cubano Iván Pedroso en el salto largo.
Pletórica de fuerzas, Roja aspiraba a pelear por el doblete en Eugene pero su marca de clasificación en el salto largo fue invalidada por el uso de unas zapatillas no reglamentarias.