Cuesta pensar que a Adrian Griffin, exentrenador de los Bucks, le despidieron la temporada pasada cuando el equipo marchaba con un balance de 30-13. Cuesta pensar que Doc Rivers, su sustituto, siga sentado en ese banquillo con un balance de 18-23 desde que llegara. Nada cambió con él la campaña pasada y nada ha cambiado en esta, en la que han comenzado 1-4 y con unas sensaciones pésimas.
Los Bucks cayeron con rotundidad en Memphis (122-99) y tienen la segunda peor marca de todo la NBA, sólo por delante de los Jazz, que no han ganado aún ningún encuentro. Milwaukee ha perdido del tirón contra los Bulls, los Nets, los Celtics y los Grizzlies. En Memphis toparon con una buena versión de Santi Aldama, que vive un inicio de curso subido en una montaña rusa.
Esta vez le tocó estar arriba. Hizo 19 puntos (7/14 en tiros de campo y 1/4 en triples) y nueve rebotes. El mejor fue Ja Morant, que consiguió un triple-doble con 26 puntos, 10 rebotes y 14 asistencias en sólo 30 minutos en pista.
Un gran Antetokounmpo rodeado por rumores de traspaso
Lo peor para los Bucks es que no les está valiendo ni con una gran versión de Giannis Antetokounmpo. El alero griego sumó 37 puntos (17/22 en tiros), 11 rebotes y cuatro asistencias. En las cuatro derrotas consecutivas ha promediado 31,7 puntos, 11,0 rebotes y 5,5 asistencias. Números para aspirara a integrar el mejor quinteto de la NBA que no se traducen en victorias. Frustrante. Tanto como para que se difundan más rumores de traspaso, alimentados por los dardos que lanza en sus propias declaraciones.
Y si una de las estrellas de los Bucks no puede hacer más sobre la pista, la otra está demasiado apagada. Damian Lillard se quedó en cuatro míseros puntos frente a los Grizzlies con un horripilante 1/12 en lanzamientos en juego tras fallar los seis triples que lanzó. El equipo de Milwaukee firmó un 9/42 en triples. La puntería del base desde el arco ha sido terrible en las cuatro derrotas consecutivas: 6/33, lo que arroja un paupérrimo 18,1% de acierto.
Mucho que hacer en unos Bucks en crisis absoluta, con un entrenador inoperante y dos grandes nombres de la NBA que nunca han tenido química desde que juegan juntos. No lo consiguieron la temporada pasada y difícilmente la conseguirán en la presente.